La Puerta Rota

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Era su décimo cumpleaños y aunque no 

esperaba nada pasó algo. 

Nunca lo olvidaría. 

Eran las 9:10 p.m., la luna lucía su gran brillo 

y las estrellas hacían juego con ella. 

Ella apenas estaba explorando esa puerta, 

le parecía un poco extraña, 

pero era su puerta y la amaba. 

De pronto llegó su padre y sin preámbulo, 

sin consentimiento en medio de una discusión 

pateó la puerta estropeándola un poco; 

más tarde apareció y clavó un clavo dejando 

un hoyo irreparable. 

Los días continuaban y no entendía bien 

si realmente merecía eso, 

la puerta era lo más hermoso que tenía, 

lo más preciado... 

¿Por qué arremeter contra ella? 

Un tarde, ella intentó repararla, 

pero se dio cuenta que caían astillas, 

así que decidió no tocarla más.

Al cabo de un tiempo, su hermano enojado, 

clavo la puerta, dejando otro agujero, 

estaba vez más profundo. 

Lo hacia cada vez que podía así que la puerta 

por años estuvo rota, desgarrada y sin poder repararla. 

Tampoco pudo la niña... 

La verdad es que no hablo de una puerta.

La verdad es que no hablo de una puerta

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CENIZAS DEL CREPÚSCULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora