Alipori sentí por él, ¡era un baldragas!
No tenía sentido todo lo que pasaba a su alrededor.
Postrado sin hablar, aún ofreciéndole ayuda, no quería avanzar.
¡Hay que tener cojones para ver la vida y no apreciarla!
Fuertes jumeras a lo largo del día, no se sostenía y sus
palabras eran dispersas; estaba acostumbrado,
su hogar era la calle, su alimento era el alcohol.
Lloriqueaba para dar lástima, pero dentro de su corazón
la malicia rondaba. Sicofanta, bajo esos harapos finge
que quiere ser rescatado. Quien se le acerca sale
lastimado; ya seis víctimas están debajo de un árbol.
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CENIZAS DEL CREPÚSCULO
Poesia"Cenizas del Crepúsculo" no es solo un reflejo de la oscuridad que acompaña al final del día, sino una meditación sobre los elementos que conforman la experiencia humana en su forma más dolorosa y auténtica. En este espacio liminal entre la luz y la...