Hundida

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Me ahogaba en el mar de tus mentiras,

intenté nadar en la orilla para salvar

algo que ya no había.

Ya no quedaba nada de mí, fuiste

arrastrándome cada vez que podías en tus redes

amargas y dolorosas, estaba atada

sin poder salir igual que un cardumen.

Aquella amarga relación era

como un pez león, solitaria, venenosa

y bella alguna vez. 

Aislada de todo estuve muriendo cada vez por su horrible querer.


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CENIZAS DEL CREPÚSCULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora