Capítulo 7

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La carrera de bicicletas de su escuela era hoy.

Estaba muy emocionado de que todos sus amigos vieran su nueva bicicleta, su mejor amigo Emilio se emocionó muchísimo, así que seguramente todos los demás también lo estarían y está seguro de que ganaría la carrera.

—¿Max tiene que venir con nosotros? —Pregunta a su papá en español para que el nombre de perro no entendiera, él no estaba cerca, papá y él estaban acomodando las cosas en el auto mientras Max y Carlota estaban haciendo el desayuno en la cocina.

—Pensé que ya no te caía tan mal— Pregunta papá cerrando la cajuela del auto.

—No, pero preferiría que mamá viniera en lugar de Max—Dice Chequito.

—Ella se disculpó contigo por eso, sabes que no puede por su trabajo.

Mamá hablo con el antes, le dijo que no podría ir a verlo porque no podía pedir un día libre, está molesto porque incluso el nombre de perro pudo pedir un día libre del trabajo para ir a molestarlo el día de la carrera, pero mamá no pudo asistir.

—No te sientas mal por eso... vamos adentro a desayunar.

Chequito asintió con una mueca de descontento en su rostro. Aunque su papá trataba de calmarlo, la decepción de no tener a su mamá en su carrera era difícil de ignorar. A medida que caminaban hacia la casa, pudo escuchar las risas de Max y Carlota que venían de la cocina. Eso lo hizo sentirse aún más irritado.

Carlota empezó a llevarse muy bien con Max de la nada, incluso parece que lo adora, desde la semana pasada después de ir al parque ha estado encantada con todo lo que Max dice o hace.

Está bien con eso, ya ha entendido que mamá y papá no estarán juntos nunca más, pero, aun así, cree que Max no le agrada lo suficiente, a veces es muy cansado tenerlo a su alrededor y siempre le está llevando la contraria y lo regaña, así que aun desearía que se fuera a vivir a otra parte.

—Hoy es tu gran día. ¿Listo para dejar a todos atrás en esa nueva bicicleta? —dijo Max con entusiasmo.

Chequito simplemente asintió, tratando de no mostrar su enojo. Carlota, ajena a la tensión en la habitación, comenzó a hablar emocionadamente sobre la carrera y cómo quería ver a su hermano ganar.

—¿Puedo ir en tu bicicleta después de que ganes? —preguntó Carlota, con sus ojos grandes llenos de admiración.

—Sí, sí, claro —respondió Chequito distraídamente mientras tomaba asiento frente a su plato.

—¿Vas a ir con esa ropa? —Pregunta el nombre de perro a papá, papá lo mira confundido, como si no entendiera que tiene de malo lo que está usando —Tu ropa está en la cama, ya la planché, ve a cambiarte.

Papá no espera a que Max diga otra palabra (descubrió que papá le tiene miedo a Max de la misma forma en la que Carlota y Chequito le tienen miedo a mamá) y sube las escaleras a toda velocidad seguido del típico: "No corras en las escaleras" de Max.

Parece ser que cualquier cosa que Max ordene debe hacerse en esa casa, no importa si es dormir temprano o cambiar tu ropa, si el nombre de perro lo dice se debe hacer, al menos papá siempre le hace caso, Chequito nunca.

—Vas a ganar esa carrera Chequito, ni siquiera pienses lo contrario —Dice Max y Chequito quiere ignorarlo, pero algo en su tono, en la forma en que intentaba animarlo, le resultaba difícil de rechazar. Aun así, no podía evitar sentir ese resentimiento latente. Asintió brevemente, sin decir nada

Max, notando la falta de entusiasmo en Chequito, intentó suavizar la situación.

—Oye, sé que no soy tu primera opción para estar ahí hoy, pero prometo que voy a hacer todo lo posible para que sea un día genial. Además, ¿quién va a sacar todas esas fotos increíbles de ti ganando la carrera si no estoy yo? Sabes que tu papá es malísimo tomando fotos.

Papá, Max y Nosotros | Chestappen |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora