Capítulo 6

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Chequito despierta y se estira sobre la cama, se queda recostado un momento porque aun tiene un poco de sueño, pero escucha un poco de ruido en el piso de abajo y cuando el olor a wafles llega hasta él se levanta muy rápido y baja corriendo las escaleras.

Sabe que es fin de semana gracias a ese olor, Max dijo muy claramente que no dejaría que Carlota o él comieran esas cosas todos los días, así que a petición de papá se designó el día domingo como día de wafles.

Corre a toda velocidad por las escaleras, por suerte el nombre de perro no esta cerca de las escaleras para verlo, siempre esta regañándolo por todo: "Chequito no corras por las escaleras" "No digas malas palabras" "No debes comer eso" "Chequito obedece a tu padre"

Aun así, corre por las escaleras, cuando entra rápidamente a la cocina Chequito piensa que hubiera preferido seguir durmiendo.

Cuando sus padres aun vivían juntos era muy común ver este tipo de cosas, Chequito las odiaba porque daban asco, todavía sigue pensando que es asqueroso.

Ve a Max recargado en la barra de la cocina la cual esta cerca de la estufa y a papá con las manos en la cintura de Max abrazándolo y dándole un beso en la boca, Chequito piensa que debe ser asqueroso juntar tus labios con otra persona ¿Qué tal si no se lavó los dientes?

—¡Que asco! —Dice Chequito tapándose los ojos.

Escucha la risa de papá y a Max regañándolo así que piensa que es lo suficientemente seguro como para descubrir sus ojos.

Chequito baja lentamente las manos de su cara y abre los ojos con cautela. Ve a Max girarse hacia él, tiene la cara toda roja y una sonrisa que intenta ser seria, pero sus ojos brillan con diversión.

—¿Quieres que te sirva el desayuno? —Pregunta el nombre de perro como si nada hubiera sucedido.

Chequito asiente con entusiasmo, aunque sigue mirando a su papá y a Max con cierta desconfianza. Todavía le parece raro eso de los besos, es aún más raro porque hace poco pensaba que Max era solo el mejor amigo de papá, pero los wafles son más importantes en ese momento.

—¡Sí, quiero muchos wafles! —responde mientras se sienta en su lugar habitual en la mesa, balanceando sus pies con impaciencia, decide que solo por este momento no odiara a Max, esta preparando su desayuno favorito después de todo.

Max se ríe suavemente mientras sirve los wafles en el plato de Chequito, añadiendo un poco de fruta en un lado del plato, porque según él; incluso si comen esas cosas deben balancear un poco el desayuno. Papá le acaricia el cabello a Chequito y se sienta junto a él, sirviéndose también un poco de café.

—Recuerda que también tienes que comer la fruta —dice Max mientras deja la botella de jarabe junto a Chequito.

—Sí, sí, pero primero los wafles —responde Chequito rápidamente, mientras vierte el jarabe de manera generosa sobre su desayuno.

El ambiente en la cocina es cálido, con el sonido de las risas y la plática tranquila que Max tiene con papá, es un poco chistoso, Max habla hasta por lo codos cuando esta con papá, dice mil millones de cosas y papá asiente mientras lo escucha atentamente, papá siempre ha sido muy bueno escuchando a los demás, por eso Chequito adora hablar con él.

Carlota aparece en la cocina y se iluminan los ojos cuando ve el desayuno sobre la mesa, Carlota se acerca rápidamente con una sonrisa enorme en su rostro, se sienta junto a Chequito, mirando con avidez los wafles.

—¡Wafles! ¡Mis favoritos! —exclama Carlota, ya tomando un tenedor y preparándose para servirse.

Max se gira hacia ella con una sonrisa, sirviéndole un plato con la misma mezcla de wafles y fruta.

Papá, Max y Nosotros | Chestappen |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora