Capítulo 8

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Chequito no fue a la escuela en toda la semana, papá le dijo que estaban arreglando algunas cosas para que la maestra malvada de educación física no volviera a molestarlo.

Es un poco aburrido y papá y Max se turnan para quedarse en casa y cuidarlo mientras Carlota está en la escuela.

Casi no habla con Max desde que sucedió lo de la escuela, pero el nombre de perro le prepara todas sus comidas favoritas desde ese día, aun no entiende como descubrió que esas eran sus comidas favoritas, comienza a sospechar que Max es un brujo o algo así.

Escucha tres golpes en su puerta seguido de una voz —Chequito ¿Aun no tienes hambre?

Pregunta Max sin abrir la puerta, Max siempre ha sido muy respetuoso y no entra a su habitación si Chequito no le pide que entre, a excepción de cuando papá está en su cuarto, en esas situaciones Max entra sin permiso.

—Ya voy —Dice y escucha como Max se aleja de su puerta.

Chequito ha estado tan confundido.

Max lo defendió y se dio cuenta de que algo andaba mal, le recuerda tanto a mamá, es igual a ella, él también puede darse cuenta de que está mintiendo y con solo mirarlo ya sabe que algo anda mal.

A Chequito le molesta que otras personas hablen mal de Max, pero él mismo tiene un apodo muy feo para Max, cree que es igual a como se siente con su hermanita, le gusta pelear con Carlota y hacerla llorar, pero cuando alguien más intenta lastimarla se enoja muchísimo.

Quiere que Max se vaya de su casa para que mamá vuelva a vivir con ellos, pero cuando papá está cerca de Max se ve muy feliz y enamorado, quiere que papá siga siendo muy feliz y esté a lado de alguien que lo trate lindo como Max.

Pero extraña a mamá, extraña a su familia.

Cree que Max ya no le cae tan mal, incluso ahora lo quiere un poquito, pero, aun así, sabe que no puede rendirse, sabe que debe seguir intentado que Max se aleje para que su familia pueda volver a la normalidad, incluso cuando papá le dijo que las cosas nunca volverían a ser como antes.

Baja las escaleras y la comida estaba lista sobre la mesa, así que se sienta y comienza a comer.

Max se sienta a su lado para comer también, están en silencio y Chequito siente que debe decir algo.

—Max.

—¿Sí?

Max deja su comida y pone toda su atención en Chequito, por lo regular los adultos no prestan tanta atención a las pláticas de Chequito, pero Max y sus padres siempre prestan total atención cuando intenta decir algo.

—¿Por qué estas con papá? —Pregunta curioso, parece que la pregunta sorprende a Max pero aun así responde.

—Porque lo amo muchísimo.

—Pero... papá era feliz antes con mamá... nosotros también éramos felices cuando mamá estaba con papá.

Max suspira, y Chequito puede ver que está pensando mucho en lo que va a decir. Eso lo hace sentir un poco mejor, como si Max realmente quisiera que entendiera.

—No estoy aquí para reemplazar a tu mamá, Chequito. Se que eso es lo que piensas, pero nadie puede hacer eso. Pero estoy aquí porque quiero que tu papá sea feliz, y porque también quiero que tú y Carlota sean felices.

Chequito frunce el ceño, tratando de entender. ¿Es posible que Max quiera lo mismo que él? ¿Qué papá sea feliz? Pero... sí Max se queda, ¿qué pasa con mamá?

—Entonces... ¿no te irás? —pregunta, sin saber si eso es lo que realmente quiere saber.

Max sonríe, y aunque Chequito no quiere admitirlo, esa sonrisa lo hace sentir un poco mejor.

Papá, Max y Nosotros | Chestappen |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora