11.Una noche Eterna

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La iglesia de St. George estaba iluminada por una luz dorada que se filtraba a través de los vitrales cuando Nicola y Luke pronunciaron sus votos matrimoniales. El sonido de los coros, las miradas de emoción de los invitados, y la solemne presencia del sacerdote, todo contribuyó a la perfección del momento. Al pronunciar las palabras finales, "acepto", Nicola sintió que su vida había cambiado para siempre, y al mirar a Luke, supo que había encontrado en él no solo un esposo, sino un compañero de vida.

Después de la ceremonia, la recepción se llevó a cabo en la majestuosa mansión de los Newton. Los invitados fueron recibidos con una grandiosa cena y un baile que duró hasta bien entrada la noche. La alegría en el aire era palpable, pero a medida que la noche avanzaba, Nicola no podía evitar sentir mariposas en el estómago. Aunque había sido un día largo y agotador, sabía que lo más íntimo y personal aún estaba por llegar.

Finalmente, tras despedirse de los últimos invitados, Nicola y Luke se retiraron a sus aposentos. El dormitorio nupcial había sido decorado con sencillez, pero con un toque romántico: pétalos de rosas esparcidos sobre la cama, velas encendidas que proyectaban sombras suaves en las paredes, y una chimenea que crepitaba suavemente, creando una atmósfera cálida y acogedora.

Luke, vestido todavía con su elegante traje, miró a Nicola con una mezcla de adoración y deseo. Se acercó a ella lentamente, como si aún no pudiera creer que todo era real. Nicola, envuelta en su delicado camisón de seda, se sintió expuesta y vulnerable, pero al mismo tiempo, completamente segura en los brazos de su esposo.

-Nicola -susurró Luke, tomando su mano y llevándola suavemente a sus labios-, hoy ha sido el día más feliz de mi vida, y estoy ansioso por comenzar esta nueva etapa contigo.

-Yo también, Luke -respondió ella, con una sonrisa tímida-. Estoy tan feliz de ser tu esposa.

Luke la besó, al principio con dulzura, pero el beso rápidamente se transformó en algo más profundo, lleno de pasión contenida. Nicola sintió que su corazón se aceleraba, y un calor desconocido la envolvió. Sus manos comenzaron a explorar con cautela el cuerpo del otro, desnudándose lentamente, como si el tiempo se hubiera detenido para permitirles disfrutar cada momento.

Cuando finalmente se encontraron en la cama, piel contra piel, Nicola se dio cuenta de que todas sus dudas y temores habían desaparecido. En ese instante, solo existían ellos dos, conectados de una manera que iba más allá de las palabras. La noche de bodas no fue simplemente la consumación de su matrimonio, sino una profunda unión de sus almas, un acto de amor y confianza que selló su compromiso de por vida.

Los susurros de Luke, mezclados con los latidos del corazón de Nicola, llenaron la habitación mientras se entregaban el uno al otro por completo. Era una intimidad que no habían compartido antes, una que revelaba no solo su deseo físico, sino también la fuerza de los sentimientos que habían crecido entre ellos.

Después, mientras yacían juntos, envueltos en una tranquilidad absoluta, Luke acarició el cabello de Nicola, que descansaba sobre su pecho.

-Nicola, te prometo que siempre cuidaré de ti, que estaré a tu lado en cada momento, en las alegrías y en las dificultades. Nunca dejaré de amarte.

-Y yo a ti, Luke -murmuró ella, con una sonrisa satisfecha-. Estoy tan feliz de haber encontrado a alguien tan maravilloso. Sé, qué con el tiempo, nuestro amor solo se hará más fuerte.

Finalmente,el cansancio del día comenzó a pagar factura. Abrazados, Nicola y Luke se quedaron dormidos.

La noche de bodas no solo marcó el comienzo de su vida como marido y mujer, sino que también selló su amor, dejando una marca imborrable en sus corazones. Aunque sabían que la vida no siempre sería fácil, ese momento compartido en la intimidad de su nuevo hogar les recordó que, juntos, podrían superar cualquier desafío que el futuro les deparara.

Entre secretos y susurros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora