𝐓𝐀𝐄𝐊𝐎𝐎𝐊 | «No muchos llamaban la atención del heredero orgulloso y egoísta número uno del mundo, hasta que llegó él y descubrió lo que significaba».
Un huérfano con una oportunidad única.
Un egocéntrico aburrido.
Un colegio tan prestigioso co...
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Capítulo 20
Deber y poder
JUNGKOOK
20 de mayo
Archivo Primera reunión
SP
El primero en llegar es el miembro pelirrojo. Éste pasea la mirada por la habitación hasta dar con Jungkook al fondo, lo ve con la libreta en las manos y se acerca con una sonrisa.
—Sé que no es un juego, pero me emociona el hecho de que nadie se imaginará que somos nosotros —dice con una sonrisa. Jungkook se limitó a asentir y le señalo la silla junto a la suya.
Jungkook no esperaba que todos a quienes invitó se presentaran. Estratégicamente los eligió, sí, pero nada garantizaba su asistencia. Podrían incluso mostrarles a sus padres la invitación y el teatro se les caería.
—Una tarjeta comestible, ¿en serio, Kook? —saludó un pelinegro al que él y el chico a su lado conocían bien.
El recién llegado se sentó al otro costado de Jungkook, quien estaba siendo resguardado por ese par una vez más.
Así, las tres fichas más importantes estaban sobre el tablero.
La puerta se abrió y cerró cuatro veces más. Eran siete al finalizar la hora de tolerancia. Todos los seleccionados acudieron al llamado de Jungkook.
Unos por curiosidad, otros por compromiso y, los dos al lado del castaño, porque estaban tan interesados como este en rebelarse.
Los presentes bajaron la voz en cuanto vieron a Jungkook ponerse de pie, este se dirigió a la puerta y la cerró. Les daba la espalda, giró poco a poco sobre sus pies. Arremangó las mangas de su saco hasta los codos para poder cruzar los brazos.
Caminó hacia su lugar, con la estancia aun sumida en el silencio.
— ¿Qué hacemos aquí, Kook? —alzó la voz uno de los últimos en llegar, quien no le quitaba los ojos de encima en ningún momento.
Jungkook puso su diestra sobre el hombro del pelinegro a su lado, éste estaba a punto de levantarse y arremeter contra quien interrumpió.
—Está bien preguntar —dijo Jungkook—. De hecho, esperaba que alguien lo hiciera.
Las cabezas giraron al unísono en el momento que una pantalla descendió del techo, una luz violeta la iluminaba y ponía letras y símbolos sobre un collage con letras y fotografías unidas por una línea roja.
—Les presento la solución para su aburrimiento —habló por encima de los murmullos que se despertaron—. Un tablero con jugadas tan satisfactorias para nosotros, como serán sinónimo de problemas para nuestros padres.
