ᅳ "We were both young when I first saw you
I close my eyes and the flashbacks starts"
La princesa Rhaenyra Targaryen había dado a luz a dos hermosas princesas. 𝐿𝑎𝑠 𝑗𝑜𝑦𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑠 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑖𝑛𝑜. Allaena y Aenyra, sus ni...
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Palabras: 1020
Maratón: 3/5
Comentarios míos: Uy, mamá Aemma que estará haciendo 👀 Disfruten, comenten y voten 😘
King's Landing
Año 105 d.C
Aemma Arryn desde pequeña fue una persona que observaba todo a su alrededor. Siempre pendiente de diversas cosas que llamaban su atención. Cuando los reyes la comprometieron con Viserys, ella ya lo sabía asi que tuvo que aceptar aquella orden sin decir alguna palabra. Era su destino, asi los dioses lo habían querido.
Por lo que, para ella, no fue difícil darse cuenta que algo sucedía entre su hija y Gwayne Hightower.
Ambos se evitaban, más en específico su hija que el joven quien buscaba cualquier oportunidad para acercarse a Rhaenyra. Algo había ocurrido entre ellos dos, el día que Lord Grover Tully llego con su hijo Elmo Tully. De eso ya tres días.
Y sabía quién era la persona con la que hablaría.
—Lady Alicent —saludo, viendo a la joven Hightower conversar con las otras damas de su hija. La joven sonrió y se acercó—. Necesito saber algo que sucedió entre mi hija y su hermano.
La joven abrió sus ojos, haciendo una seña para que fueran a otro lado más privado. Su esposo había hecho una cacería por el onomástico 2 de Aleryon. La mayoría de casas importantes de Westeros, llegaron a celebrar el día del nombre. Todos estaban felices, mas Aleryon quien recibía mimos y cumplidos de cada Lady y doncella que se le acercaba.
Salieron fuera de la carpa, hasta llegar a un lugar apartado de la vista de chismosos. En especial, del oído de Saera y Daemon.
—Sucedió el día que Lord Elmo estuvo conversando con su hija, la princesa —conto la joven. Asintió, para que continuara, porque de eso le había hablado Sir Harrold quien cuidaba ese día a sus hijos—. Mi hermano llego y no le gusto la situación. Se llevó a la princesa a hablar en privado y... Yo los interrumpí en casi algo.
Elevo una ceja sin borrar su sonrisa cálida.
— ¿En qué? —Pregunto, con la espinilla del interés.
—Bueno... Ehm... Los interrumpí en un casi beso —respondió algo tímida.
Oh dioses. De todo lo que pensó, jamás se le vino a la cabeza que su hija y Gwayne estuvieran a punto de besarse. La noticia no le incomodó, ni le inquieto. Su hija estaba en edad de aprender y saciar su curiosidad, para conocer el bien y el mal del mundo. No le negaría que experimentara el placer de una mujer, pero que se cuidara ante esto.
