Indiscretos

83 10 0
                                    


Reía sin parar mientras sostenía una lata de cerveza en mis manos.

Varios chistes horrendos sonaban por toda la sala mientras que algunos reíamos y otros bebían sin parar. Mareada apoyé mi cabeza en el hombro de Changbin.

—¿Min, estás bien?

Asentí lentamente.

—¿Vas a vomitar?

Exploté a carcajadas ante su pregunta.

—¿Yo?¿Vomitar? Eso nunca, aún puede beber más.

Changbin dudó de mi respuesta y bebió de su bebida.

La verdad esque me encontraba como la mierda. Habían pasado más de dos horas desde que comenzó la "celebración", lo que significaba: dos horas sin parar de beber alcohol.

Mis mejillas ardían y mis ojos se cerraban solos, cada vez me costaba más concentrarme en la conversación y me pasaba varios minutos mirando a un punto fijo sumida en mis pensamientos.

Miraba como todos los chicos sonreían alegres. Dulcemente sonreí. Los amaba, los quería con todo mi corazón y saber que podía volver a formar parte de esta familia hacía que mi vida volviese a tener sentido. 

Me levanté a duras penas de mi lugar y le indiqué a Changbin que iría al baño. Este asintó y dejó que me fuese. Caminé por el salón hasta que llegué al baño. Una vez dentro ví mi reflejo en el espejo.

—Joder, menuda cara tengo.

El alcohol había hecho que durante la charla no me hubiese retocado el maquillaje, el cual ahora se encontraba medianamente corrido. Bufé y traté de peinar mi pelo como pude.

—¿Min?

¿Eh?

—¿Amor, estás dentro?

Ah, era Felix.

—¡Sí! No entres que voy a mear.

Escuché como una carcajada escapaba de sus labios al otro lado de la puerta.

—Abre la puerta.

¿Este chico no me había entendido o qué?

—Te he dicho que voy a mear.

—Y yo te he dicho que me abras la puerta.

Suspiré estresada.

—Niño mimado, ahora la abro.

Traté de girar la manija de la puerta pero estaba bloqueada.

—Felix, no puedo.

—¿Has quitado el pestillo?

Ah, con que era eso. 

De forma tonta reí, como pude quité el pestillo y antes de que me diese tiempo a apartarme de la puerta, Felix ya había entrado. Cerró la puerta tras de sí con pestillo.

—Ahora no voy a poder mear.

Él sonrió y se acercó a mí.

—Claro que puedes, yo no te lo voy a impedir.

—Felix, no me vas a ver mear, que vergüenza.

Colocó sus manos en mis caderas e inconscientemente enrollé mis brazos en su cuello. Ronroneó mientras disfrutaba del contacto de mi cuerpo contra el suyo.

—¿Cuánto has bebido, Min?

Miré al techo tratando de recordar todo lo que había ingerido: una cerveza, soju, un cubata...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lips- Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora