Capítulo 3

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Cartas a Saori

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3

La invitación

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Tokio, Japón

Semanas después

Saori se encontraba delante de la ventana de uno de los tantos salones de su enorme casa cavilando en diversas cosas, trataba de no pensar en la ansiada carta que esperaba pese a que no tuvo jamás en mente los eventos acontecidos en Asgard hacía ocho años. Se avergonzaba por aquello y, más aún, al saber que Freyr por poco pierde la vida por tratar de salvarla.

Fue por esos mismos días en los que recibió la visita de sus queridos amigos Seiya y Shun quienes almorzaron con la diosa mientras ella les comentaba acerca del encuentro con el joven asgardiano.

—Seiya, Shun —comenzó a decir la joven sirviendo el té para los tres luego de un delicioso almuerzo— ¿Ustedes recuerdan al noble que ayudó a sacarme del hechizo del sacerdote malvado aquella vez en Asgard?

—¿Al sacerdote? —Shun se mostró sorprendido mirando a Seiya por unos instantes— ¿te refieres a Dolbar?

—Si, así es. El joven rubio que me salvó, Freyr, fue invitado al último ciclo de conferencias al que tuve que asistir y me sentí mal por no recordarlo o agradecerle lo que hizo. Nos reencontramos por casualidad y se portó muy amable conmigo haciendo mención a que estuvo internado en el hospital una temporada.

—Así que ya se recuperó —intervino Seiya muy animado tomando un bocadillo rápidamente de la bandeja—, me alegra escucharlo. Si, él ayudó a salvarte, de hecho hizo más de lo que recuerdas.

Saori lo observó con interés permitiendo que continuara.

—Tenía una espada si mal no recuerdo y con ella atravesó la cabeza de la estatua de Odín lo que hizo que te liberarás del "hechizo" que te tenía prisionera —Seiya adoptó una actitud contemplativa mientras narraba lo sucedido observando a Shun por un instante.

—¿Y qué ocurrió después?

—Pues... —ahora Shun se quedó pensativo por un momento tratando de recordar los sucesos posteriores a la cruel y breve batalla— Me parece que resultó muy mal herido, ¿no es así, Seiya?

—Si, de hecho su hermana nos dijo que se encargaría de él, pero no nos dio más detalles.

—Cierto, que tenía una hermana llamada Freya, ya lo recuerdo —Shun sirvió más té para los tres mientras Saori esperaba paciente que continuarán.

—Recuerdo a su hermana —continuó Seiya—, me parecía una chica muy linda hasta que empezó a hacer presión para que dejáramos Asgard.

—Es cierto, se vio demasiado insistente en que nos fuéramos incluso después de la batalla.

—¿Así que ella deseaba que nos marcharamos cuanto antes? —Saori se quedó pensativa tratando de rememorar esos momentos incómodos— No lo recordaba...

—Es una lástima —el joven pegaso se acercó otro dulce típico de la región mostrando una expresión algo molesta—, como dije, me parecía una chica muy agradable y bonita, pero esa actitud repelente me molestó mucho. Nos trató como si fuéramos invasores cuando, la realidad, es que estábamos ahí para ayudarlos a pesar de que, prácticamente, Dolbar secuestro a Hyoga.

—¿Lo recuerdas Saori?

La joven pensó un momento antes de añadir algo más. Era cierto, ellos estaban ahí para apoyar pese a que el trato de todos, excepto de Freyr, fue descortés y el abuso de confianza vino al saber que Hoyga estuvo hipnotizado sirviendo al bando opuesto. Sumado a eso, casi todos con quienes convivieron los trataron mal.

La balada de Saori y FreyrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora