Capítulo 5

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Cartas a Saori

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5

La declaración

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Providence, Estados Unidos

Horas después

Minutos después de que llegaron a la estación de trenes de Providence, Saori y Freyr junto con Tatsumi, se trasladaron a la propiedad arrendada que se ubicaba hacía el otro lado de la ciudad, rumbo al suroeste a pocos metros de Baileys Lower. Se trataba de una casa de dos pisos en color ladrillo, puerta verde oscura rodeada por un ancho marco color blanco. Todas las ventanas tenían contraventanas y celosías venecianas del color de la puerta y de su techo a cuatro aguas color oscuro, sobresalía una amplia chimenea.

Tatsumi, junto con el conductor del auto rentado, ayudaron a sacar las maletas del portaequipaje mientras la pareja examinaba el interior de la casa.

—Es una propiedad muy linda —comentó Freyr mientras Saori recorría la planta baja confirmando que todo estuviera en orden.

—Entonces... ¿no te quedarás a pasar la noche?

—No es apropiado —respondió el joven con suavidad—. Iré a la casa de huéspedes a registrar mi entrada y volveré para que salgamos a pasear.

—De acuerdo.

Saori puso a su disposición al chofer que tenía contratado y quien estaba a la espera del siguiente destino a dónde los llevaría. Antes de retirarse, Freyr acompañó a Saori por unos momentos más, mientras Tatsumi comenzaba a ver que necesitaban para amenizar la estancia. Durante esos minutos, el joven la observó con detenimiento capturando en su memoria detalles como sus ojos, su bella sonrisa y el como ella le devolvía esas miradas.

Ella le gustaba, ahora lo podía confirmar.

Un momento después, Freyr iba en el auto rumbo a la casa de huéspedes reservada por sus anfitriones de la prestigiosa Universidad pensando en su feliz descubrimiento; en realidad, ya lo sabía, se sintió atraído a ella desde la cena de gala en Boston tratando de ocultarlo. No quería pensar en eso hasta estar en la soledad de su habitación, puesto que necesitaba estar atento al camino.

La "casa de huéspedes" se trataba de uno de los tantos dormitorios que se hallaban desocupados en esos momentos debido a las vacaciones de verano. Las ponencias estaban dirigidas a profesionistas dedicados a los estudios nórdicos principalmente, así que los organizadores aprovecharon esos días de julio, antes del cierre de actividades administrativas, para poner en marcha el evento.

La casa estaba en la calle perpendicular frente a la iglesia Episcopal de San Esteban, ubicada en una esquina silenciosa. La residencia de ladrillo rojo, puertas y ventanas cafés oscuras, rodeadas por anchos marcos, le esperaba con la puerta cerrada a la cual Freyr llamó siendo recibido por uno de los organizadores del evento quien le condujo a la habitación reservada para él en el segundo piso.

Freyr se instaló rápidamente sentándose un momento en el alféizar de la ventana analizando sus sentimientos hacia Saori. No sabía qué hacer al respecto, estaba seguro de que ella le correspondía, lo deducía de sus miradas, el tono de su voz y en cómo lo tomaba del brazo cada que podía; estaba seguro de que la joven también gustaba de él.

—No, el problema son las leyes que debo seguir. Creo que no es justo para ella estar con alguien que esta impedido por eso —recargó la cabeza en el muro lanzando un largo suspiro— No sé qué hacer... tal vez no revelar lo que siento, quizás es la mejor forma de no meterme en problemas pero, si no lo hago...

La balada de Saori y FreyrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora