Capítulo 17

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La balada de Saori y Freyr

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17

El brillo de Flare

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Asgard

Días antes

Hyoga llego a la ciudad de Tromsø aquella tarde dirigiéndose a las afueras de la ciudad donde se divisaba un sendero concurrido que llevaba hasta el puente Bifrost. Había recorrido ese camino varias veces los últimos tres años, a veces para llevar cartas directamente a Flare y, en el pasado, para llegar hasta el reino en la montaña en las pasadas guerras. El camino era largo pues el recorrido hasta el Bifrost tomaba alrededor de unos veinte minutos.

El puente Bifrost, el que separa el reino en la montaña del resto del país, se divisaba más adelante siendo una amplia estructura fortificada de metal y piedra que iba por encima de una prolongada pendiente y el brazo de río que desembocaba del lago Niflungar proveniente del oeste del reino. Los turistas se detenían a medio camino sobre el puente haciendo fotos de los paisajes que se divisaban desde ahí, de las altas montañas y la estatua de Odin que se veía en la lejanía.

—Necesito pensar en cómo contactar a Flare —se decía Hyoga llegando hasta el final del largo puente sin prestar atención al ajetreo llegando hasta la amplia explanada que era el mercado de Muspelheim.

El mercado destinado a los turistas se trataba de una larga explanada circular repleta de puestos temporales que los mercaderes montaban en ese sitio cada segundo día, y que se abarrotaban hasta el tope de personas curiosas desde temprano hasta caer la tarde. Hyoga se valió de la enorme congregación para ocultarse aproximándose a ciertos locales al azar a la espera de escuchar alguna noticia escandalosa.

Pero no escucho nada interesante entre los mercaderes por donde transitaba. Se detuvo observando la alta pared de piedra que rodeaba la explanada ubicando una larga, y estorbosa, fuente circular en el centro llegando hasta esta para tomar asiento por un momento. Se imaginaba que algo asi sucederia llevando consigo papel y un bolígrafo para garabatear rápidamente un mensaje para Flare:

"Flare

Se que me pediste parar el contacto, pero me encuentro en Tromsø en una misión encomendada por mi diosa, Atena, quien está preocupada por un asgardiano llamado Freyr y deseosa por tener noticias suyas.

Me gustaría preguntarte personalmente sobre el paradero de esta persona para brindar tranquilidad a la diosa.

Estaré el dia de mañana en la fuente del mercado de Muspelheim alrededor del mediodía.

Espero tener la oportunidad de una reunión contigo, disculpa la premura.

Hyoga".

Tras redactar la nota, busco a alguien que pudiera llevar el papel al palacio Valhalla pagando por el servicio, claro. Fue asi que diviso a un jovencito que ayudaba a unos mercaderes mayores montando cestas sobre una carreta tirada por caballos, pensó que podría entrar por sí mismo a Asgard montandose ilegalmente en la carreta, pero lo que menos deseaba era ocasionar más problemas si terminaba preso.

—Oye chico, ¿quieres ganarte unas monedas?

Hyoga negoció con el adolescente para que este entregara el mensaje directo a la señorita Flare pagando una buena cantidad de monedas de oro. El muchacho trató de objetar al inicio, pero al considerar la buena paga, accedió a llevar el mensaje ya que si tenia forma de aproximarse al palacio.

La balada de Saori y FreyrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora