Capítulo 2: La Bestia de Abajo

10 0 0
                                    

Estamos en el espacio exterior para mostrarle a Amy Pond para mostrarle lo que le habíamos prometido cuando era niña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estamos en el espacio exterior para mostrarle a Amy Pond para mostrarle lo que le habíamos prometido cuando era niña. La pelirroja está volando afuera de la TARDIS mientras el Doctor evita que se aleje agarrándola del tobillo.

― ¿Cómo es que puedo respirar? –pregunta confundida y sorprendida.

― Expandimos la burbuja de oxígeno –respondo con una sonrisa.

― ¡Genial!

― Muye bien– dice el Doctor jalando a nuestra invitada de vuelta a la TARDIS–. Espectacular. Te va a encantar.

Los dos nos damos vuelta para pensar en que lugar podemos llevar a Amy en el interior. Tenemos que ir a un lugar extraordinario para que fuera nuestra disculpa debido a que nos esperó muchos años.

― Hey, Doctor –escuchamos la voz de Pond pero no la veo en ningún lado.

― Creo que la dejaste afuera –comento después de ver a mi alrededor.

― Puede ser –encoge sus hombros.

― No es una pregunta.

Los dos regresamos a la entrada de la TARDIS. Los dos abrimos la puerta y vemos unos dedos aferrándose al marco de la puerta. Entre los dos le ayudamos a entrar de nuevo en la TARDIS. Esto está siendo más divertido de lo que esperamos.

Acomodo mi chamarra para ver al Doctor en lo que acomodó mis mangas. Él camina alrededor de la consola, pensando que es una versión tan diferente y que tengo que conocerlo de nuevo. Ahora es una persona vieja encerrado en el cuerpo de hombre joven.

― ¿Qué haces? – me acercó emocionada.

― Llevar a Amy a un lugar genial – responde en el mismo tono–. No te preocupes que ya elegí el destino.

Él continúa moviéndose alrededor de la TARDIS en lo que murmura en voz baja. Amy y yo solo lo observamos porque no hay mucho que hacer por lo que nos limitamos a quedarnos en silencio. El Doctor se detiene después de unos largos minutos para agarrar la pantalla y mostrarnos la imagen de una niña llorando desconsolada en una banca.

― Es una niña –comento sorprendida.

― Está llorando –concluye Amy.

― Nosotros nos mantendremos alejados de los problemas –responde el Doctor.

Los tres salimos de la caja azul para ver a nuestro alrededor, sabiendo en donde estoy. Estamos en medio de una ciudad, más específicos, Londres. Es la nave de Inglaterra que llevara a su población a Nueva Tierra. Hay algo que falta y se me hace raro por lo que brinco un par de veces. Amy me ve raro por lo que estoy haciendo.

― ¿Qué tienes? – Amy me pregunta confundida.

― Algo hace falta y no estoy muy segura de que es –respondo desconcertada por el lugar–. Solo sé que lo descubriré.

Doctor Who (V) : Coincidences don't exist [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora