Doctor Who (V) : Coincidences don't exist [En edición]

Capítulo 13: La Canción de Navidad

Estamos jugando UNO en una de las muchas salas que hay en la TARDIS, esto es realmente divertido, el Doctor solo me ha ganado tres de las veinticinco partidas que llevábamos.

– Acéptalo- le digo divertida-. Yo soy la que siempre ganare, o por lo menos la mayoría del tiempo.

– Podemos jugar Clue, Operando o Adivina quien.

– Y aún así te seguiré ganando.

Empezamos a escuchar una alarme de ayuda. Los dos nos paramos rápidamente para llegar a la velocidad luz a la consola. Para nuestra sorpresa son Amy y Rory. Hacia un par de semanas que los habíamos dejado en un crucero como un regalo de bodas de nuestra parte. No creímos que iba a pasar algo.

– Parece que la nave está cayendo, no sé si podremos alcanzarlos- comenta el Doctor preocupado, veo en la pantalla, pido una lectura del estado de la nave.

– ¡Por Gallifrey! Esto se va a estrellar en ese planeta con muchas nubes, no creo que sea un aterrizaje seguro- veo en la pantalla inferior la fecha-. Esto es otra mala broma del destino.

– ¿Qué sucede?

– Es Noche Buena.

El Doctor se me queda viendo, después empieza a teclear un mensaje, se puede ver en la pantalla "Acompáñenos, Pond". Era señal de que ya estamos en señal de su ayuda.

– Dime que tienes un plan.

– Si- me responde rápidamente.

– No me mientas- le comentó molesta.

– No, pero ya se me ocurrirá algo.

Doy gracias que existe gravedad en la TARDIS, o si no, estaríamos volando tratando de agarrarnos de dónde podríamos. Al fin aterrizamos, haciendo que el Doctor cayéramos al piso de manera inesperada.

– Llegamos- digo viendo la lectura del planeta, al parecer es un lugar seguro porque muchos humanos habitan aquí-. No estoy segura de dónde estamos, pero estamos en una de las muchas colonias humanas. Por cierto ten cuidado porque estamos...

No termino mi recomendación porque el Doctor sale de la TARDIS. Salgo de la TARDIS, veo que es una hermosa vista, escucho un ruido de electricidad atrás de mi, me doy media vuelta para ver una enorme máquina que envía un destello al cielo.

– Es un lugar demasiado extraño- digo sorprendida.

– No lo creo, aunque pienso que es realmente estupendo- contesta el Doctor.

Veo a mi alrededor para buscar algo que no sea un peligro para al Doctor, ya que es descuidado y distraído. Veo que hay una chimenea cerca de donde él se encuentra.

– ¡Cuidado con la chimenea!- le gritó.

– ¡¿Cuidado con que...?!- no termina su pregunta porque se tropieza cayendo directo a la chimenea.

– Lo que faltaba- digo frustrada-. ¿Cuándo será el día que me haga caso?

Me acerco a la chimenea dando un paso hacia adelante. Nunca entenderé cómo es que Jeff pueda hacer esto cada Navidad, no le tenía miedo a la chimenea en sí, sino que me pudiera romper algo en el aterrizaje.

- Esto es una locura- me digo a mí misma, recordando las recomendaciones que había dado con anterioridad-. Aquí vamos.

Cierro mis ojos y doy un paso en frente, siento todo el hollín se está pegando a mi ropa y a mi cara, es demasiado para mí, una vez que siento que estoy llegando trato de dar una maromera para salir como es debido. Toso sacando todo el hollín y el polvo que se metió a mi nariz, sintiéndome demasiado sucia.