Liam
Las fiestas últimamente me parecían ruidosas y molestas. Me encontraba en la temporada donde todo me molestaba. Mis compañeros ya sabían de mis continuos cambios de humor, así que me evitaban y mi entrenador me dejaba tranquilo mientras ganara los partidos, los cuales nos tenían como número uno en el ranking de las universidades.
Mientras que en el apartamento se encontraban de fiesta yo solo estaba acostado en la cama de mi habitación mientras arrojaba un balón y lo volvía a recibir para distraerme.
No entendía que veía Abby en ese imbécil era un estúpido, aniñado y sin testículos. Solo la había dejado en paz con su relación, porque no quería ser egoísta y privarla de sus relaciones, más cundo el tiempo se me agotaba y ya se acercaba la hora de reclamarla. Yo tenía mis encuentros casuales y tenía una amplia experiencia sexual, quería que ella viviera sus romances estúpidos, ya que nunca se los iba a dar. Había decidido que la marcaría y llevaría una relación cordial, pero sin estupideces románticas o melosas. No me veía con esas cursilerías.
Cuando la puerta de la habitación se abrió mire con desinterés a Clara Mills quien era una de las porristas del equipo. Tenía unas enormes tetas y gran trasero. Pero no tenía ganas de follar o siquiera hablar.
—¿Qué quiere? No me apetece coger — le dije con aburrimiento.
Ella solo torció los ojos y negó mientras se acercó a mi cama. Clara era una de las pocas porristas que no me había follado y eso se debía a que tenía una especie de relación con Oliver. Dentro de nuestro código de honor estaba jamás follar con el interés amoroso y pareja de nuestros compañeros, eso podía desestabilizar el equipo y generar problemas.
—Te necesitan — me dijo entregándome su teléfono.
—¿Quién? — le dije sin importancia mientras me negaba recibir el teléfono.
No sabía quién putas me necesitaba, pero no tenía ganas de moverme o siquiera contestar una puta llamada, así que ella avanzó insistiendo en que le recibiera el teléfono, pero yo solo la seguí ignorando.
—Es Benjamín Anderson — me dijo dando la vuelta dispuesta a irse —. Hola, Benjamín creo que...
No sabía por qué putas me llamaba el imbécil, pero, me pare de forma apresurada de la cama y le arrebate el teléfono, por lo que ella solo protestó y me miro con molestia.
—Clari — anuncio Oliver llegando hasta donde ella.
—Tú amigo casi que quita la oreja — se quejó acercándose a él, pero solo los ignore mientras contestaba
—¿Qué mierdas quiere, imbécil? — le dije con voz amenazante.
—Abby está metida en un problema — me dijo preocupado.
—¿Qué? — le dije confuso.
—Se perdió una joya de la subasta y la encontraron en su bolso — aclaro preocupado.
—Por supuesto que ella no fue — afirme con determinación.
Que el imbécil se quedara callado y no apoyara mi afirmación me molesto más. Definitivamente, la poca o nula testosterona se podía distinguir.
—Los de seguridad se la llevaron — dijo de forma nerviosa.
—¿Y usted qué hizo? — le reclame.
—No puedo hacer nada — se excusó como el cobarde que era.
—Mejor cállese y deme la maldita dirección — le dije con poca paciencia por su idiotez.
Oliver y Clara me miraban sin entender y yo solo le entregué el celular mientras tomaba las llaves de mi BMW M 1000 XR. Tome el casco y salí deprisa del lugar mientras realizaba una llamada de respaldo, en dado caso de que todo se pusiera peor de lo que el imbécil había mencionado.
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El Alfa Feroz
WerewolfLiam Manrique Walsh es el quinto de sus 6 hermanos. No es ni el mayor despiadado, ni el menor tierno, no es el más amargado, pero tampoco el más alegre y mucho menos es el más atrevido. Conoció a su madre, pero no lo suficiente para recordarla, cono...