Capítulo 1.10 Pícnic

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Las pruebas con las porristas seguían y cada vez el grupo era más reducido. Por suerte Katheryn también los había aprobado así que tenía a alguien con quien practicar y pasar las horas de entrenamiento y pruebas.

Hoy nos encontrábamos en el campo de futbol ensayando. Mientras los del equipo de futbol entrenaban deforma ruda. Había visto a Liam en la distancia y lo había saludado con un movimiento de cabeza y él solo me ignoró y siguió concentrado en su entrenamiento. Definitivamente, era un amargado de lo peor.

—Esas pirámides son lo mejor — me dijo Katheryn encantada quien ya había ensayado a subirse en lo alto.

Ella era porrista desde la secundaria, por lo que todo se le facilitaba. Yo por mi parte me hacía la loca para no hacerlas, me daban terror esas pirámides. Le sonreí a Katheryn mientras miraba la que seguía y cuando ella cayó lastimándose su pierna, nos alarmáramos, pero la capitana y cocapitana continuaron con toda una vez se la llevaron.

—Que intente Moretti — anuncio Tiffany, la cocapitana.

Todos me voltearon a ver y yo me quede congelada en mi lugar. Tenía buen equilibro, pero después del golpe mis nervios habían aumentado más.

—Yo... — le dije indecisa.

—Sí, usted ¿Algún problema? — me dijo Tiffany con seriedad.

—Es que... — le dije sin saber qué responder.

—Si lo tiene se puede ir del equipo — me dijo con soberbia.

De ninguna manera me iba a dar por vencida, había pasado muchas pruebas y había sido muy aplicada con los entrenamientos.

—No lo tengo — le aseguré con determinación.

—Bien. Entonces suba — señalo al par de muchachas que me sostendrían.

Avance hacia ellas quienes se agacharon y dejaron sus piernas como soporte para que me pudiera subir. Me apoye en sus hombros y me impulse subiéndome.

—1,2,3 — mención Tiffany.

Terminaron por impulsarme y me solté de ellas para poderme levantar mis manos como me habían pedido.

—Sonría y mejore su postura — me dijo Tiffany detallando mi postura.

—Si — le dije mientras me acomodaba mejor.

Cuando moví mi rodilla se desestabilizó y perdí el equilibrio por lo que termine por derrumbar la pirámide y caerme esperando con miedo y sorpresa el golpe. No tuve tiempo de reaccionar, pues todo fue tan rápido que lo único que hice fue utilizar mis brazos para evitar golpearme en el rostro.

—Aaaa — grité de la impresión esperando el golpe y el dolor, pero nunca llegó.

—Mierda — dijo la voz de Liam.

Cuando abrí los ojos me encontraba en el suelo, pero los brazos de Liam me sostenían protegiéndome. Todos nos miraban estupefactos y algunos del equipo de futbol habían detenido su entrenamiento mientras nos miraban.

—¡Manrique, concéntrese en el entrenamiento! — grito el entrenador al otro lado de la cancha - ¡vuelva a su entrenamiento! — les grito a los jugadores que se habían detenido para mirar, por lo que siguieron trotando por la cancha y su entrenador los miraba con enojo.

Liam se acomodó y me sentó el pasto mientras revisaba que estuviera bien.

—¿Estás bien? — me pregunto Liam revisándome.

—Sí — le dije con un hilo de voz a causa de mis nervios.

—¡MANRIQUE! — grito el entrenador llamándolo con autoridad, pero Liam solo seguía detallándome.

El Alfa FerozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora