4.JUICIO NUBLADO

175 20 2
                                    

Los gemidos agudos se escuchan en toda la habitación mientras los gruñidos roncos se escuchan con discreción detrás del cuello que huele a rosas. Toda su piel arde y se ve brillosa gracias al sudor que los rodea y consume en el acto sexual. Los labios finos del alfa se pasean por la piel acaramelada que es salada y no puede sentirse más satisfecho cuando muerde y obtiene un grito de placer.

La espalda de Jimin es hermosa, carece de imperfecciones y es tersa como el algodón, suave y con la curva perfecta para sujetar su estrecha cintura, mientras que más abajo puede ver esos dos cachetes gordos revotando con cada embestida suya. Sentir su miembro entrar y salir de aquella abertura es la gloria, podría acostumbrarse a esto y volverse adicto si tan sólo quisiera que así sea. Pero es algo que no puede pensar ahora. Lo único realmente importante es follarse al bonito omega toda la noche.

El trasero de Jimin es levantado, obligando a sus rodillas a resistir el vaivén frenético de las estocadas que recibe. Siendo una sumisa total que quiere ser sometida por el semental que la monta. Sentir la bolas pesadas chocar con su entrada en cada arremetida es una estimulación demasiado excitante, no puede evitar tocar uno de sus pezones para saber hasta donde es capaz. En menos de lo que se da cuenta, se encuentra escurriendo su propio orgasmo y exponiendo su cuello para recibir la marca de su alfa.

Yoongi delira de placer con la prisión que lo encierra, el omega ha llegado al clímax y será su turno gracias a ello, sus bolas se vuelven más pesadas y el semen comienza a disparar dentro de la hambrienta cavidad vaginal que lo mantiene atrapado, su nudo no tarda en hincharse y por instinto se adentra lo más profundo posible para derramarse completamente dentro. Sus colmillos salen y están ansiosos por morder a su pareja, hacerla suya para sentirla en cuerpo y también en alma, sólo así sus emociones y sentidos podrían conectarse y volverse uno. Realmente quiere hacerlo pero su consciencia no se lo permitirá.

—- ¡Alfa! -- chilla el omega en la cúspide de su placer, expectante a algo que jamás llega. Sin embargo, una mano se cuela por sus piernas para masajear su punto débil, la otra aprieta uno de sus pezones con movimientos circulares. —- ¡Aagh!

—- Vamos omega, mójate. -- Yoongi se sienta sobre sus talones llevando en su regazo consigo al omega todavía unidos por el nudo, acomodándose para apoyarle en su pecho y continuar su propósito, su otra mano va a tapar el rostro que suelta chillidos por la sobre estimulación. Finalmente Jimin llega a un squirt. -— Eres una zorra obediente. -- susurra en su oído.

El húmedo sonido mientras continúa tocándole con rapidez es melodía para el alfa. Los espasmos del omega son evidentes, le tiemblan las piernas y se remueve desesperado sin poder hacer nada, lágrimas de placer adornan sus mejillas mientras es sometido al delirio extremo.


.

.

.

.




A la mañana siguiente despierta plácidamente sintiendo el dolor en todo su cuerpo. La sonrisa en sus labios es inminente porque los recuerdos de la noche anterior llegan rápido.

No fue difícil convencerlo, al principio Yoongi parecía dispuesto a ignorarle. Después de aquella plática donde le señalaba que no quería volver su vida un infierno, había pensado en darle la razón porque realmente la tenía, tampoco quería eso. Es consciente de sus obligaciones y deberes así también como sus sentimientos, entonces ambos se encontraban en el mismo dilema, estaba agradecido por la sinceridad del alfa, de cierto modo parecía preocuparse por su felicidad y eso era un acto de generosidad, sin duda.

Pero simplemente pasó, cuando no tuvieron nada más de que hablar, las acciones salieron. El alfa había iniciado besando sus labios, lentamente degustando su sabor, reconociendo nuevamente al amante de noches atrás cuando por primera vez se conocieron. Claro que Jimin, siendo el omega sumiso que debe ser, se dejó sin oposiciones. Y lo que empezó siendo besos necesitados, terminó en una noche apasionada de sexo donde al menos recuerda haber sentido el nudo de su alfa unas siete veces.

EL PESO DEL DINERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora