26.ENFOQUE A LA SOCIEDAD

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Aquel día fue uno de tristeza y dolor en todo Gyosan.

Las lluvias torrenciales habían traído consigo una hidratación necesaria a la cosecha y siembra de las plantas, así también como a los animales en sus respectivos criaderos. Las mismas razones obligaron a la producción a detenerse y sus trabajadores a descansar en sus respectivos hogares. Contrario a lo que se espera de un día lluvioso, las razones fueron mucho más devastadoras.

No dejó de llover ningún instante cuando las personas se concentraron en la plazoleta del pueblo y supieron la noticia. La tristeza se hizo presente por sobre todos los sentimientos que surgieron, desconcierto, asombro, miedo y pena, eran alguno de los que se destacaban.

Los pasos apresurados de todos los pueblerinos se volvieron torpes y desorientados para decidir qué dirección tomar. Con cada minuto trascurrido ellos perdían tiempo valioso que podrían haber gastado en dirigirse al lugar exacto donde todo el asunto estaba sucediendo.

Charcos de agua aplastados una y otra vez por el rumbo que todos llevan en la misma dirección cuando alguien tuvo la seguridad de informarles a todos respecto a los acontecimientos que tenían lugar a las afueras de la casa Min.

Una multitud se concentró en las puertas de la propiedad esperando por la aparición pública de la familia respetable y honorable que los había mantenido de pie durante mucho años, acompañarlos en un momento tan devastador como lo era la muerte de su inocente hijo era lo menos que podían hacer.

Patrullas, policias, guardias de seguridad, medios de comunicación y prensa, ancianos y niños. Todos ellos aguardando bajo la lluvia que no se detiene obteniendo un efecto contraproducente, se vuelve vivaz.

Las puertas se abrieron de par en par y la gente comenzó a moverse con inquietud para ver la escena. Unn vehículo negro y largo se abrió paso lentamente entre la multitud, dentro contenía un féretro de tamaño mediano.

El llanto comenzó consecuentemente.

El centro de atención fue aquella carroza fúnebre llena de flores que avanzó por las calles del pueblo en dirección al cementerio municipal, siendo acompañada por todas las personas que lloraban a su lado como si de un ser querido se tratara, un ser inocente y sin pecados, incapaz de dañar a nadie. Ninguno quiso apartarse de la procesión funeraria porque todos realmente sentían la pena y el dolor de lo que la muerte de un ser inocente y puro significaba.

Un ser querido e inocente. Un ser amado y noble.

Em segundo vehículo recibió condolencias y apoyo emocional tras el seguimiento, allí supieron que se encontraba toda la familia Min ahogándose en tristeza y aflicción.

Las rejas del cementerio fueron abiertas permitiendo que los dos transportes y las personas pudieran ingresar ordenadamente hasta el lugar donde sería el entierro. Todos formaron un círculo alrededor para darles el espacio que merecen.

El llanto y la lluvia haciendo de sus hazañas más grandes en una combinación perfecta digna de una despedida que sería recordada con nostalgia y amor, perdurando por muchos años. El sonido de un trueno como la frutilla del postre cuando divisaron al gran alfa Min Yoongi saliendo del carro cargando a uno de sus hijos.

Se mostró serio pese a los ojos rojos y ojeras que adornan su moribundo rostro. Era resguardado por dos guardias a cada lado con sus sombrillas, no tanto por él si no por el cachorro en su brazo izquierdo para que no se mojara.

Escuchó en silencio los lamentos y palabras de consuelo de cualquier persona. Se concentró en el ataúd que llevaba el cuerpo sin vida de su primer hijo hasta donde sería su descanso eterno mientras el sacerdote predica la ceremonia.

EL PESO DEL DINERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora