20.SIN TEMOR AL CAMBIO

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-- ¿Pudiste hablar con tus hermanas?

Pregunta mientras conduce por las calles transitadas de la capital. No puede evitar clavarle la mirada cuando se detiene en un semáforo y contrario al curioso joven que desearía ver, encuentra que este permanece en el asiento del copiloto perdido en sus pensamientos por breves momentos antes de asentir y modular una respuesta para él.

-- Ellas... Pensé que volver a verlas sería un cálido reencuentro. -- formó una mueca. -- Pero me equivoqué.

-- ¿Sucedió algo?

Negó. -- Nada en realidad. Hablamos si, me contaron de sus vidas y eso fue todo. No hubo sentimientos ni mucho menos emociones por los recuerdos que compartimos juntos en nuestra infancia, fue como si hubiera hablado con dos desconocidas. Fue incómodo al final.

-- Chaeyoung se parece mucho a ti, ustedes dos podrían ser hermanos de sangre.

-- ¿Hablaste con ella?

-- No pero al menos permitieron que las vea de lejos, dijeron que eran medidas preventivas. -- expresó volviendo a conducir. -- Las cosas cambiaron tanto para ellas como para ti, no tomes su indiferencia como algo malo, cariño.

-- No digo que fue malo sólo... Raro. -- finaliza con un resoplido.

Se mantuvo silencioso el resto del camino. La ciudad era diferente a lo que solía ver en las calles de Gyosan, donde si bien era bastante transitado, no se compara la cantidad de habitantes que vivían. Esto era un mundo de gente sin lugar a dudas.

-- El apartamento donde nos quedaremos no es pequeño, pero no se compara con la hacienda donde vivías. Lo siento es lo mejor que pude encontrar.

El omega se giró un poco para ver a los tres cachorros dormidos profundamente. Había sido agotador para ellos también, principalmente porque no están acostumbrados a viajes largos, pocas fueron las veces que salieron lejos del hogar donde nacieron y crecieron en la corta edad de cada uno. Podía asegurar también que era la primera vez en la capital para ellos y de alguna forma tenían que adaptarse al repentino cambio al cual fueron sometidos sin elección.

-- Estaremos bien, gracias hyung.

Llegaron en poco tiempo a un edificio de casi seis pisos, las calles pavimentadas son transitadas por muchos carros y las veredas de igual manera por los transeúntes. Distintos locales son el motivo, desde tiendas de ropa, de golosinas, lavaderos y estacionamiento, se percata también de una guardería infantil a pocos metros, puede ver a muchos pequeños con sus padres merodeando la zona. Sin duda, Jungkook se había tomado la molestia de escoger el lugar ideal para llevarlos allí.

Jimin cargó al bebé, Jungkook a Mingyu y Jisung tuvo que despertar para entrar al lugar que sería su nuevo hogar por los siguientes meses. En efecto, cuando llegan al segundo piso y abren la puerta los recibe un espacio moderno y amplio, los muebles son pocos, hay una cocina al final de la sala y un pasillo que lleva a las habitaciones y el baño, también cuenta con un balcón con sombrilla y macetas con plantas, es bastante luminoso todo gracias a los ventanales y el sol abarcando cada sector. Le gusta.

A los tres días ya se encontraban perfectamente acomodados. El alfa se encargó de llenar toda la alacena, Jimin ordenó sus pertenencias y las ropas de los niños en sus respectivas habitaciones, fue difícil al principio.

Las primeras noches el omega tuvo que dormir con todos en una sola habitación. Jungkook le sugirió contratar una niñera para ayudarle con los cachorros pero Jimin se había rehusado a la idea alegando que quería ser quien pasara más tiempo con sus hijos. Lo cual era comprensible. Aún así, le insistió tanto que terminaron decidiendo juntos inscribir a Jisung y Mingyu en la guardería para que puedan adaptarse con otros niños.

EL PESO DEL DINERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora