Capítulo 19: Advertencias

41 3 4
                                    

<<Vas a morir>>.

Esa voz llegaba a mi cabeza como una tiniebla silenciosa.

<<Es tu último día>>.

La respiración se me entrecorta, mi pecho sube y baja con brusquedad. Todo a mi alrededor se torna oscuro, de tal manera que no logro distinguir ni siquiera un escondite en el cual refugiarme.

Aunque quizás ese precisamente es el punto: no hay ningún lugar donde esconderse.

<<Vas a morir, Yuni>>.

Abro los ojos, reincorporándome en la cama con la frente sudorosa y las extremidades temblando. No puedo creer que nuevamente se repitió ese sueño, el mismo que me ha atormentado desde hace varias noches, donde siempre visualizo aquella escena tenebrosa y escucho esa voz desconocida que me susurra mi destino final.

Maldita sea... Se sintió tan real.

Sin embargo, aunque ya desperté, los latidos de mi corazón no se normalizan, a tal punto que creo que sufriré de taquicardia en unas cuantas semanas si continúo con esta situación tan agobiante.

Me bajo de la cama, ya que experimento la sensación de que no poseo el suficiente aire en mis pulmones, lo que me lleva a agarrarme el cuello con ambas manos, aclamando por una mayor cantidad de oxígeno, pero lo único que consigo es hiperventilarme, así que me sostengo de la pared en busca de equilibrio.

Relájate...

No te asustes...

Fue sólo un sueño.

Cierro los ojos, recuperando la compostura poco a poco. Mis pulmones dejan de respirar tan forzadamente, mi ritmo cardíaco disminuye y la adrenalina desciende.

<<Una pesadilla no puede ponerte tan mal>>.

No es la pesadilla lo que me altera... Es lo que significa.

Desde mi reveladora conversación con Blake, mis sueños han estado repletos de escenarios donde siempre termino perdiendo la vida a manos de un individuo... A quien a veces escucho hablarme en voz baja.

Ha sido una tarea totalmente difícil conciliar un buen sueño.

Sin embargo, no puedo simplemente tirarme en mi cama a esconderme del mundo, por lo tanto, aunque mi cabeza esté llena de dudas y confusiones, elevo la mirada para continuar con mis acciones rutinarias.

Veo el reloj de reojo, apresurándome para agarrar la toalla colgada en la pared con claras intenciones de tomar una ducha que borre las últimas imágenes tétricas de mi subconsciente, no obstante, mis ojos se oscurecen al notar la silueta fantasmagórica que se recuesta de la puerta de mi habitación.

- Tú... - Mi voz está llena de desprecio. El espectro no me responde, se limita a mirarme con serenidad – Te he estado esperando, ¡Hay mucho que tienes que aclarar! – Le reclamo sin contener mi ira, a lo que él se muestra totalmente indiferente, sacando lo peor de mí - No te has manifestado para huir de mis preguntas, pequeño hijo de puta...

La puerta se abre sobresaltándome.

- ¿Yuni? - Una muy arreglada y elegante Valquiria me mira desde la entrada de la alcoba con el ceño fruncido - ¿Estás bien? - Cuestiona al notar mi aspecto desaliñado, aunado a mi tensa mandíbula.

- ¿Por qué entraste a mi habitación sin tocar? - Le espeto malhumorada. Su expresión demuestra indignación.

- ¿Acaso se te olvidó que día es hoy? - Me reclama señalando su ropa.

¿Por Qué Siempre Él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora