XII

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—¿Buenas tardes? Uh, hola, solo vine a hacer una consulta...

Ya lo había dicidido, no sé qué parte de mi cuerpo lo hizo pero en definitiva, no fue mi cerebro, porque de ser así, me habría dado muchas vueltas antes de aparecerme frente a la biblioteca de la escuela, que lucía casi vacía y por poco, lúgubre. Puedo ver las partículas de polvo acumularse, una capa que ya no es fina sino que los libros están tan olvidados que lo único que hacen es ocupar espacio, los pocos estudiantes que pasan por aquí son en su mayoría de primer año y el resto, oh, los demás son todos niños pequeños que van a la sección infantil. Porque soy consciente de los años que lleva esta institución en pie, que ha sufrido por cambios pero también por tragedias que quedarán marcadas, aunque no han manchado tanto su imagen, entonces llego a la conclusión de que han hecho un buen trabajo con la confidencialidad.

Maldigo al Tyler de hace unos segundos por atreverse a hablar y captar la atención de la bibliotecaria, que en lugar de ser una de las comunes, esta es una bella y hermosa mujer con la que los de último año fantasean, de hecho, toda la escuela lo hace, solo temen admitirlo, a excepción de Alex, por supuesto, que la vergüenza se le fue el día que se cayó de la cuna al primer mes de nacido. Ella no me mira, me está observando, y es aquí donde entra mi definición y porqué ambas palabras no pueden considerarse sinónimos.

Mirar es simple, todos aprendemos a hacerlo desde que nacemos, reconocemos, vagamente las cosas que nos hacen bien y las que no, aprendiendo a diferenciar. Cualquiera puede mirar, a veces es divertido y otras aburre, pero es una tarea que no requiere de esfuerzo debido a que es involuntaria.

En cuanto a observar, es más complejo, aunque tampoco es algo de lo que se pueda escapar, es más como algo subyugado desde que somos conscientes de nuestra existencia, no dentro del núcleo familiar, sino como individuo, y caemos en cuenta de la grandeza de nuestro mundo. Que, no me malentiendan, no lo estoy halagando, ni despreciando, pero en absoluto, he visto y presenciado cosas terribles, más no soy testigo del trauma mundial que viene cargando nuestra sociedad. Observar es fijarse en pequeños detalles, yo o siento, cuando los maestros me observan con pena, como si fuera a romperme.

Lo peor viene cuando debo darles la razón, porque la crudeza de esta realidad me devora como carne al rojo vivo, que sin un poco de tacto, comienza, bocado tras bocado, en un acto poético que parece sacado de la mente trastornada de Bukowski. Para mirar hacen falta ojos, mientras que para observar, éstos sobran. Yo tengo a esta mujer observándome, con la tez blanca y exceso de sombras en los ojos, con los labios pintados en un ligero rosa al natural y las manos cubiertas de una fina capa de tela, mujer que me dice tanto sobre su actuar, pero que al juzgar de mala manera, nunca seré capaz de conocer.

Me paralizo un momento, quiero huir como un nene pero sé que soy bastante mayor para salir corriendo, no es como en aquellos tiempos en que los sueños no se diferenciaban tanto de la realidad, cuando podía ver colores y las únicas drogas que conocía eran las golosinas, que en la hora oscura podía refugiarme en los brazos de mi madre, y dada mi ignorancia, desconocía lo frágiles que éstos podían ser.

—¿Puedo ayudarte?

Su voz, fina pero no estridente, resuena en mis oídos y eso hago, la oigo, más no la escucho, porque como existen diferencias entre mirar y observar, oír y escuchar también son conceptos separados, podría incluso decir, que son opuestos.

Oír es un proceso físico por el cual el cerebro interpreta las ondas que van transportándose por el espacio, llega a la cabeza y lo procesa como un estímulo sonoro, de ahí que todos seamos capaces de oír, incluyendo a los animales. Pero de nuevo, escuchar es algo más complejo, incluso más que observar. Tal vez por eso yo aún no he hecho nada, porque sé tantas cosas que no quiero aprender a hacer algo que a lo mejor terminará lastimándome, y lo siento, pido y me arrodillaré a rogar perdón si me equivoco, si estoy actuando como un cretino o si solo me estoy cargando la cabeza con un peso no correspondiente. Pero si no estoy escuchando es porque me cuesta asimilar conceptos que sí sé pero he decido no emplear.

Slowtown | JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora