➥ 𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 2.

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Señor Lambert Lysander, su demencia me asfixia y me arranca la vida de las manos.

Follar un rato era lo que necesitaba esa noche, sin duda me levantó el ánimo después de una semana agotadora

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Follar un rato era lo que necesitaba esa noche, sin duda me levantó el ánimo después de una semana agotadora. Lo que me molestaba era que fuera con ella.

- Me tengo que ir, cariño. - La miré como si fuéramos pareja de años. La besé nuevamente, disfrutando de sus labios que sabían a dulzura, pero solo eso, porque solo la veía como un objeto. Aunque me escuché mal, nunca le he dado alas.

Ella sabe bien que solo la busco por sexo. Aprovecho un poco de la situación por su obsesión conmigo para tener nuestros encuentros casuales.

- Quédate conmigo. - Se aferró más a mi cuerpo, pero la aparté con delicadeza.

- Tengo una junta de trabajo, no puedo faltar, Hazel. - Me levanté y empecé a ponerme mi vestimenta y arreglando un poco mi cabello, viendo que tenía un poco de labial en mi camisa y tratando de quitarlo, pero veía que se estropeaba más, así que solo traté de ocultarlo más. - Nos vemos mañana, dulzura, cuídate. - Saqué un cigarro y salí de su departamento, que su papá compró para nosotros dos, ya que él también quiere que me quede con su hija.

Mientras conducía hacia la fiesta, no podía sacar de mi cabeza la sensación de que estaba atrapado en una red de obsesión y deseo. Hazel era una mujer hermosa, pero su obsesión conmigo me daba miedo. Me sentía como un novio que se estaba casando, pero, con un arma en la cabeza para no unir de la hija embarazada. Y su padre, que parecía tan amable y generoso, también me daba miedo. Quería que me quedara con su hija, pero ¿a qué precio?

Llegué a la fiesta y me sumergí en la música y la multitud, tratando de olvidar mis problemas. Pero sabía que no podía huir de ellos para siempre. Tenía que enfrentarlos, tenía que tomar una decisión. ¿Qué era lo que realmente quería? ¿La libertad o la obsesión?

La oscuridad me envolvía como una manta cálida, el ruido de la fiesta era un susurro constante en mi oído, y la luz de las luces era un destello de colores que bailaban en mi retina. Me encontraba sumido en un mar de dudas, preguntándome qué hacía ahí, en ese lugar que parecía ser un abismo sin fondo. La fiesta anterior había sido un desastre, un caos de emociones y sensaciones que aún resonaban en mi mente. Pero algo me impulsaba a seguir adelante, a adentrarme de nuevo en ese mundo de luces y sombras.

Tomé un suspiro profundo y me lancé al vacío, dejando que la música y el ruido me envolvieran como una manta cálida.

La empresa de señor Lambert Lysander era un mundo aparte, un universo de secretos y mentiras donde nada era como parecía. Pero yo ya era parte de ese mundo. Me sentía con más confianza porque ahora trabajaba en la empresa de señor Lysander, que maneja bares y burdeles, además de vender armas.

La herencia que él había recibido era un legado oscuro y pesado, un fardo que debía llevar con cuidado y precaución. Sabía que no era fácil manejar el poder y la influencia que venían con ella, pero también sabía que era un privilegio que pocos tenían.

𝗖𝗛𝗔𝗢𝗧𝗜𝗖.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora