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Sali del hospital junto a mi hermano, suspire al sentir el frío viento en mi cuerpo, solo quería llegar a casa y llorar. Levante la mirada sin lograr encontrar el auto de mi hermano.

—¿Viniste corriendo?—pregunte confundida.

—No, venir en auto sería más tardado con los festivales.

—¿Entonces como llegaste?

—... en moto—sus palabras me sorprendieron, antes de poder hablar note como se acercaba a una moto negra, parecía tener letras doradas que fueron borrandose con el paso del tiempo— ven, sube hermanita.

Asentí mientras me subía a la moto, escuche como suspiro y cubria por unos segundos su rostro con sus manos.

—¿Sucede algo?

—No, solo... te subiste perfectamente a la moto... ¿cuantas veces te subiste a la moto de ellos?

—... todas las veces que me escapaba de la escuela, ya perdí la cuenta— murmure desviando la mirada al suelo.

—¿Con quien ibas? ¿Mikey, Draken, Baji?

—No, ni siquiera conozco al último.

—Cierto... había olvidado que murió hace un tiempo atrás.

—¿¡Y lo dices tan tranquilo!?

—Souya... muchas cosas que hiciste como escapar de la escuela e irte en moto, o ir a fiestas a escondidas. Todo eso yo también lo hice cuando tu apenas eras una bebé.

Sus palabras le dejaron muda, no sabía que decir ante eso, fue hasta ese momento que me di cuenta que no conocía en lo más mínimo a mi hermano mayor, la distancia entre nosotros siempre había sido una costumbre que ninguno de los dos se tomó el tiempo de romper.

—Vi que Draken y Manjiro te miraban con sorpresa... y uno te llamo Smiley... ¿tú ya los conocías?

—Si... bueno, no conozco a los adolescentes de la pandilla, solo a los adultos, en algún momento fuimos adolescentes que no pensaban en las consecuencias de sus actos.

—Entonces... ¿por qué ellos nunca hablaron de tí?

Escuche como reía un poco antes de encender la moto.

—Deje la pandilla hace tiempo, de hecho yo era un capitán de la pandilla—sus palabras me dejaron sorprendida mientras empezaba a conducir la moto lejos del hospital— odiaba la infancia que tuve con nuestros padres, así que siempre que podía te llevaba conmigo a las reuniones de la pandilla, recuerdo como reías cuando el viento llegaba a tu cara, apenas y podías hablar en ese entonces.

Algo conecto en mi mente al escucharlo, ahora entendía porque la sensación tan familiar cuando iba en la moto de Takemichi.

—Entonces... ¿también conociste a Takemichi?

—Como olvidarlo, Takemicchy era alguien debió en ese momento, pero tenía un gran corazón, ayudaba a cualquiera que lo necesitará, incluso nos dejó dormir en su casa cuando peleaba con nuestros padres, no planeaba dejarte sola con ellos así que también te llevaba...

𝐵𝐸𝐴𝑇 𝐼𝑇!! 𝓑𝓮𝓪𝓽 𝓜𝓮...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora