T R E C E

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Bianca

Rebusco en mi bolso hasta encontrar lo que necesitaba. Vuelvo hacia el baño para sentarme nuevamente a su lado.

— Mira,esto de aquí es una compresa. Durante los días en los que tengas la regla vas a necesitar ponértelas para evitar manchados. Te las tienes que cambiar aproximadamente cada cuatro horas. Si quieres te enseño cómo ponerlas.—Ella asiente efusivamente —Voy a necesitar que me prestes una braguita para hacerlo. ¿Te parece bien?

Ella vuelve a asentir con la cabeza y yo le sonrío para darle ánimos. Se levanta y yo la imito,una vez salimos subimos las escaleras hasta llegar a una habitación. Numerosos vinilos cuelgan de las paredes y guirnaldas de hojas adornan la habitación.

Lily se dirige hasta un cajón y me pasa la prenda que necesitamos. Nos sentamos en la cama juntas y abro la compresa.

—Esta en concreto es con alas,las hay sin alas también,y hay de varios tipos. Las hay para sangrados bajos,normales,altos,nocturnos...

Abro el paquete y la coloco sobre la prenda ya abierta. Le explico todo el procedimiento y me aseguro de que lo entiende a la perfección. Le paso todas las compresas que tenía en el bolso y ella va a cambiarse. Una vez sale del baño,lo hace con la cara despejada y una breve sonrisa.

Se dirige hacia mí tímidamente y me envuelve entre sus brazos. Noto un susurro en mi oído.

—Gracias.

Le devuelvo el abrazo y le sobo el pelo cariñosamente.

—¿Necesitas saber algo más?

Ella se separa de mi y niega con la cabeza mientras se tumba en la cama. Yo la imito,quedando a su lado.

— Es muy guay tu habitación. Me gusta como la tienes decorada.

— Me ayudó mi hermano. Mateo. Me compró mi primer vinilo, le cogí el gustillo, y ya no he parado de comprarlos desde entonces.

Sus sabanas de tonos morados hacen juego con las cortinas que adornan la ventana,desde la cual se ve el patio. Me vuelvo a levantar y me asomo por esta. Observo como los padres empiezan a juntar las mesas en la zona central del patio y poner sillas alrededor.

— Creo que ya mismo le van a cantar cumpleaños a Óscar. ¿Te apetece bajar? ¿O prefieres quedarte aquí?

Ella parece pensarlo un poco pero yo recuerdo el sabor de la tarta de mamá y no puedo evitar acercarme a ella de nuevo.

— Solo te digo que la tarta de mi madre merece totalmente la pena. Y si no te apetece quedarte luego podemos volver a subir.

Parezco convencerla,porque se levanta y se dirige hacia la puerta,antes de pararse en seco y devolver sus pasos hasta coger una caja de su escritorio. Una vez llegamos al piso de abajo nos encontramos con Mateo,que suspira del alivio.

—No te encontraba por ningún lado. Menos mal que estabais aquí.

Nosotras nos miramos con complicidad antes de encoger los hombros.

— Me estaba enseñando su colección de vinilo y su ropa,ya sabes,cosas de chicas.

Le guiño un ojo de forma juguetona a Lily consiguiendo sacarle una risa que me hace sonreír aún más. Salimos los tres al patio,donde nos encontramos a todos cerca de las mesas,guirnaldas de luces iluminan el lugar. Mi hermano se encuentra en el centro y cuando nos ve aparecer su rostro se ilumina.

Nos hace un gesto con la mano para que nos acerquemos y eso hacemos. Una vez estamos junto con los demás invitados,mi hermano acerca una mano hacia mí y me lleva consigo,colocándome a su lado. Me sonríe y yo le masajeo ligeramente el cabello mientras le abrazo. Una vez nos separamos algunos teléfonos apuntan en dirección a mi hermano y con las velas ya encendidas,comenzamos a cantar cumpleaños feliz.

Tres fugaces meses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora