Bianca
Bostezo por cuarta vez y papá se gira en mi dirección.— ¿Por qué estás tan cansada? ¿A qué hora llegaste ayer?
Me froto la cara para esconder mi sonrisa y lo miro a los ojos para contestarle sinceramente.
— No tarde mucho,unos veinte minutos como mucho,simplemente que luego me quedé despierta hasta tarde.
El parece pensar en mi respuesta pero veo en su expresión que algo no le convence.
— ¿Y porque te quedaste despierta hasta tarde?
Me viene el recuerdo a la mente del abrazo que le dí a Mateo y como después estuve toda la noche dando vueltas en la cama pensando en eso y una sonrisa quiere salir a relucir. No lo permito y pienso en algo rápido.
— Me quedé viendo una película.
Parece quedarse satisfecho con eso,pues no pregunta más. Escucho unos pasos y me giro en dirección a mi hermano,que viene con una camiseta nueva,supongo que una de las que le regalaron ayer.
—¿ Del 10 al 10 como de guapo estoy?
Su comentario me hace poner los ojos en blanco mientras suelto una risa y él se acerca a mí. El timbre de la casa suena y papá se va a ver quién es.
Observo a Óscar,tiene un comportamiento algo extraño. Se toca el pelo en un gesto nervioso y noto algo en su muñeca. Lo agarro desde ahí y observo una pulsera que no había visto nunca. La mitad de un corazón con la cara de Spiderman brilla en un brazalete de cuentas del color del personaje. Él me deja observarla pero no por mucho tiempo,pues baja el brazo.
— Esa pulsera es nueva,no te la había visto nunca. ¿Quién te la ha regalado?
Con sus dos brazos apoyados en la encimera dirige su mirada hacia el objeto,pensativo.
— Lily.
Oohh
Me pregunto si ella tendrá la otra mitad de la pulsera,supongo que sí,pues a mi hermano se le enrojecen las orejas y no me dirige la mirada. Le doy un codazo juguetón mientras le obligo a que me mire.
— ¿Con que Lily? Es mona y me parece muy buena niña.
— No sé de qué estás hablando,pesada. Esos libros tan cursis que lees te están pasando factura.
Esto último lo grita mientras sube las escaleras provocándome una carcajada muy sonora. Pasos en dirección a la cocina me hacen volverme y me encuentro a papá y a Jorge pasando bajo el marco de la puerta.
Nos quedamos un rato hablando hasta que decido dejarlos solos para que pasen el rato y subo las escaleras. Antes de llegar a la puerta de mi habitación lo pienso bien y rehago mis pasos hasta la puerta que se encuentra en la otra punta del pasillo. Toco tres veces y escucho la voz de Óscar tras la puerta indicando que pase.
Mi hermano se encuentra acostado en su cama bocarriba jugando con el balón de vóley que le regaló Mateo ayer. A un lado de la puerta aún hay bolsas con los regalos así que sin pedir permiso abro las bolsas para colocar las cosas.
Toda la ropa la aparto en un montón para echarla a lavar y los objetos y juguetes en otro. Óscar se levanta y me ayuda con eso. Llegamos hasta un póster del capitán América que colocamos entre los dos encima de su cama. Llevo algunos comics en la mano y me acerco a su estantería para colocarlos,pero algo me llama la atención.
Un muñeco de Iron man echo de papel me hace darme la vuelta hacia mi hermano. Lo señalo y él vuelve a acostarse en la cama mientras suspira. Yo aún sigo desconcertada.
— ¿Está echo a mano? ¿Quién te lo ha regalado?
— Sí,está echo a mano. Fue Lily.
Mi mandíbula casi toca el suelo al saberlo. ¿Cómo una niña va a poder hacer algo así?
— Me he quedado flipando,está increíble. Yo no sería capaz de hacer eso ni en años.
— Sí,es una máquina para estas cosas.
En su voz escucho un tono de orgullo que me hace sonreír,pero me giro para que no lo note mientras coloco los cómics en el estante de abajo. Una vez acabo me tumbo a su lado mientras nos pasamos la pelota.
— No tienes por qué avergonzarte. Es muy bonito que te guste alguien,o que te atraiga.
— Eso por qué lo dices ¿Por Mateo?
Lo que dice me hace parar en seco y noto como me perfora con la mirada. Yo chasqueo la lengua y le paso nuevamente la pelota.
— No hace falta ser muy listo para darse cuenta de ciertas cosas. Ayer os vi cuando te susurró algo al oído y tú parecía que tenías mantequilla en las manos de lo nerviosa que te pusiste. Sinceramente,me cae bien,es un tío muy enrollado y se le ve buen chico. — Noto como el calor me inunda la cara — Y lo más importante,te he visto más feliz desde que los conoces a todos,pero con él es algo distinto.
Eso me hace girar la cabeza hacia mi hermano. Él asiente con la cabeza para dar ímpetu a sus palabras.
— Tú lo que pasa que estás loco. ¿Cómo me va a gustar a mí Mateo? No tengo tiempo para tonterías como tener novio.
— Ya. Claro.
— ¿Y desde cuando dices cosas tan profundas?
— Soy todo un sabiondo.
Las risas llenan la habitación y nos enredamos en un abrazo familiar. Yo le masajeo el pelo y él automáticamente se relaja con una expresión de paz en la cara.
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— ¡Es tuya Bianca!
Colocando rápidamente las manos en la posición correcta le doy al balón,aunque va muy desviado,es un logro. Jorge consigue pasarla al campo contrario y tras eso me felicita.
Hemos acabado en el patio jugando al voley,con una cuerda amarrada a ciertos puntos para simular una red separamos a los dos equipos. Papá y Óscar están a un lado y Jorge, mamá y yo al otro.
Ellos nos devuelven la bola y mamá la pasa directamente al otro campo. Yo la miro asombrada y me distraigo por un segundo. Jorge me llama la atención para conseguir darle con la mano a tiempo y seguir la jugada. Pasamos el tiempo divirtiéndonos hasta que Jorge recibe una llamada.
— Chicos,me he divertido muchísimo. Pero tengo que volver a mi casa con mis hijos.
— ¡Estáis todos invitados a venir otro día para jugar!
Mamá le aclara eso a nuestro amigo antes de irse. Continuamos jugando pero esta vez mamá y papá cambian de equipos.
— Voy a hacer lo que pueda.
Papá hace un gesto despreocupado con la mano y me centro en el juego nuevamente. A pesar de haber perdido,noto cierta mejora desde la primera vez que jugué. Hoy decidimos aprovechar el buen día que hace y comemos en la mesa que tambien tenemos en el patio.
— ¿Porque soy la única mala jugando al voley en la familia?
— Tú padre y yo es que jugábamos mucho cuando nos conocimos y supongo que ya tenemos el truco cogido.
Me giro hacia mi hermano en busca de respuestas,porque él nunca había jugado al voley y no se le da nada mal.
— Ya sabes que paso mucho tiempo en casa de los Paredes,y si está Mateo siempre acabamos jugando al voley.
Encoge los hombros y yo acepto mi derrota limpiándome una lágrima imaginaria con un toque de dramatismo.
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Cómo están lind@s?
Me paso por aquí para avisarles de que voy a empezar nuevamente mis clases y que no voy a estar tan activa como antes,pero trataré de actualizar pronto!Paso lista,ya saben 😉
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Tres fugaces meses
RomanceBianca necesita un respiro para olvidar todo lo que le ha sucedido en su ciudad,por lo que su familia y ella se van de vacaciones a otra ciudad. Pero Bianca no se esperaba todo lo que iba a vivir allí ni a quien iba a conocer allí. ¿Tendrá Bianca el...