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JAKE

—Eso es todo. Terminé —dijo Jihyun, quitando sus Vic Firths de la superficie de mármol de la mesa del vestidor y metiéndolos en una bolsa de lona negra cubierta con parches termoadhesivos—. No pienso pasar ni un segundo más encerrado con este mocoso narcisista y drogadicto que ni siquiera puede apartar la cabeza de su propio trasero el tiempo suficiente para pasar el ensayo.

—Vamos —suplicó Sunghoon, lanzándose frente a él para bloquear su camino hacia la puerta del camerino—. No hagas esto, salimos en cinco.

Los ignoré, hojeando el artículo de noticias que alguien del sello me acababa de enviar.

Aparentemente, la otra noche, me peleé a puñetazos con un idiota borracho. Esa será la última vez consuma molly con el estómago vacío.

—Apártate de mi camino —dijo Jihyun en el tono de advertencia. Y pensaba que yo tenía rabietas—. Te dije que la última vez era la última puta vez. No tengo que aguantar esta mierda. A diferencia de ti, yo tenía una carrera antes de que esta perra se hiciera famosa.

Allí estaba.

El primer tinte de irritación que había sentido desde que había comenzado su pequeña crisis por el hecho de que no me gustaba su nueva canción. Como si fuera mi culpa que el tipo fuera un imbécil sin imaginación.

—No diría una mierda si mi única cualidad fuera servir como un metrónomo humano semi-confiable —dije, tirando mi teléfono a un lado para sentarme en el sofá. Tenía estampado de cuadros y como que olía a alcohol rancio, pero eso era normal.

Los ojos de Jihyun brillaron de rabia y se acercó a mí como si realmente pensara que estaba siendo intimidante o alguna mierda.

El tipo no se atrevería. No después de los puntos que se había ganado la última vez.

—¿Sabes qué, Jake? —Exigió desde una distancia lo suficientemente segura, sus labios se curvaron hacia atrás en una sonrisa maliciosa ante cualquier bomba que pensó que estaba a punto de arrojarme.

Probablemente lo había estado guardando durante el último año, y para ser justos, había durado más que la mayoría de los demás.

—¿Que cosa?—dije, poniendo una pierna sobre la otra rodilla como si me estuviera acomodando para prestar mucha atención.

Entrecerró los ojos y se inclinó. 

—Toda esta mierda que tienes —dijo, haciendo un gesto alrededor de la habitación—. ¿Toda la gente, los fans, y la atención? Crees que es por ti, pero no lo es. Solo eres un niño prodigio acabado, y la única razón por la que alguien conoce tu nombre es porque a los medios les encanta el jodido escandalo. No es tu talento, ni carisma, ni siquiera esa cara bonita a la que solo le quedan unos años más hasta que las drogas la destrocen. Quieres actuar como un payaso, está bien, pero soy la única persona en esta sala que está dispuesto a decirte la verdad. No se ríen contigo, se ríen de ti. Eres una broma, y es sólo cuestión de tiempo antes de que te des cuenta, si no terminas primero ahogándote hasta la muerte en tu propio vómito.

Lo miré por lo que se sintió como unos minutos, aunque probablemente fueron unos segundos.

No sentí nada con sus palabras, y había demasiada coca corriendo por mis venas para sentirme algo más que invencible, así que ni siquiera estaba seguro de por qué lo golpeé.

Un minuto, estaba parado allí  planeando decirle que se fuera a la mierda, al siguiente, su nariz estaba sangrando y mis nudillos estaban abiertos.

—Oye —gritó Sunoo, finalmente levantando la vista de afinar su bajo para intervenir.

Daddy. (HeeJake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora