Daddy. (HeeJake)

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JAKE

Después del show de mierda, Taehyung pospuso un día la actuación de la noche siguiente, así que supuse que era su intento de enmendarlo.

En realidad no lo había visto desde que Heeseung se había ido, ni a nadie más.

Hoon y Sunoo habían hecho algunos intentos para animarme, pero rápidamente se dieron cuenta de que era inútil y decidieron darme espacio.

Seguí revisando mi teléfono, preocupado por perder una llamada o un mensaje de texto de Heeseung, aunque no quería que hubiera. En el mejor de los casos, había recuperado la razón tan pronto como salió del estadio y simplemente regresó a su vida sin mirar atrás.

Todo lo que toqué se fue al infierno.

No sabía por qué pensé que él sería diferente.

Al menos finalmente se había escapado antes de que fuera demasiado tarde, antes de que nuestras vidas se entrelazaran irreparablemente y pudiera llevarlo conmigo.

¿Por qué había pensado alguna vez que podría tener algo propio? ¿Algo que existía fuera de la única cosa para la que fui hecho, la única cosa en la que era bueno?

Incluso si Taehyung no lo hubiera echado, sabía que no habría podido ir con Heeseung.

Parecía pensar que yo era capaz de ser una persona en lugar de un pájaro en una jaula que solo podía cantar una canción.

Era sólo cuestión de tiempo antes de que se diera cuenta de la verdad, y preferiría separarnos ahora mientras él todavía veía algo más en mí, incluso si es una mentira.

Ahora podría ser simplemente la loca historia que él les contaría a sus amigos y futuros amantes, la loca historia de la época en que había sido el guardaespaldas de ese músico que era como un choque de trenes.

Tal vez ni siquiera pensaría en mí a menos que me viera en la portada de un tabloide en una caja funeraria.

De alguna manera, torturarme con estos pensamientos durante todo el día libre y el siguiente me hizo sentir mejor. Bueno, "mejor" probablemente no era la palabra correcta. Simplemente me hizo sentir como si estuviera siendo realista, como si por primera vez en meses ya no estuviera en peligro de  despertar de un sueño que era demasiado bueno para ser verdad. 

Ahora estaba completamente despierto y no iba a cerrar los ojos  de nuevo.

Alguien llamó a la puerta del camerino, pero lo ignoré. Si fuera Sunghoon, entraría de todos modos y no tenía ganas de hablar con nadie más.

Tampoco tenía ganas de hablar con él, pero se lo debía. 

No me levanté de mi posición en el sofá al otro lado del camerino, donde tenía las rodillas contra el pecho y los brazos alrededor de las piernas.

Hacerme lo más pequeño posible fue lo suficientemente reconfortante como para evitar que saliera y anotara un hit de uno de los roadies con quien siempre se podía contar.

No es que realmente importara. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que volviera a mis viejos hábitos.

Ahora que Heeseung, mi ilusión de protección y seguridad en el mundo, se había ido, me vi obligado a enfrentar la fría realidad de que no estaba hecho para la sobriedad.

No fui una historia de éxito, era una llama destinada a arder durante unos minutos antes de apagarse.

En mis momentos maníacos, me gustaba imaginar que la celebridad y la obsesión que tenía era una cuestión de talento, pero la verdad era que a todos les encantaba un choque de trenes.