Daddy. (HeeJake)

33 (FINAL)

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HEESEUNG

Cuando Taehyung fue dado de alta del hospital tres semanas después de su cirugía, y me encontré conduciéndolo a él y a Jake de regreso, finalmente me di cuenta.

Esta era mi vida.

Jake’s Infernal era mi familia extendida, y Taehyung iba a ser mi puto suegro. Al menos, lo sería una vez que hubiera descubierto una manera de hacerle la pregunta a Jake. Suponiendo que dijera que sí.

Había muchos problemas por resolver, pero aunque la idea de pasar todas las vacaciones por el resto de mi vida con Taehyung me hizo considerar los beneficios de una lobotomía, valió la pena si eso significaba que también pasaría esos años con Jake a mi lado.

En ese momento, Taehyung se quejaba de que no necesitaba la silla de ruedas con la que lo habían enviado a casa y Jake amenazaba con contratar a una enfermera corpulenta para obligarlo a cumplir si no se portaba bien. Prácticamente sus bromas habituales, incluso si el trasfondo del amor era más fácil de captar ahora.

—Tranquilo —dijo Jake, ayudando a Taehyung a acercarse al banco acolchado en el balcón, ya que quería un poco de aire fresco después de estar encerrado en el hospital durante semanas.

Me había golpeado la última vez que intenté ayudar, así que mantuve  mis manos fuera de él. 

Probablemente todavía estaba amargado por la frecuencia con la  que estaban con su hijo. Y tampoco me cansaba de recordárselo de maneras sutiles.

El hecho de que estuviéramos atrapados el uno con el otro no  significaba que tuviera que jugar bien todo el tiempo, y sabía que  pronto volvería a ser su habitual modo mordaz.

Taehyung gimió, buscando en su bolsillo su teléfono, que estaba  sonando por trigésima vez desde que lo recogimos del hospital.

Rechazó la llamada de inmediato.

—Putos buitres.

—¿Todavía te acosan por la gira? —Pregunté, apoyándome en la puerta que daba al balcón.

—Por supuesto —murmuró Taehyung—. Especialmente ahora que les dije que la gira no se reiniciará.

Jake y yo intercambiamos una mirada, asegurándome que era la primera vez que él también había oído hablar de esto.

—¿No lo hará? —Jake preguntó dubitativo—. ¿Cuándo decidiste eso? 

—En algún lugar entre recibir un disparo y someterme a una operación de corazón —respondió en su tono irónico habitual—.  Esta gira está maldita, y no me interesa saber cuánto puede empeorar.

—Por una vez, estamos de acuerdo en algo —comenté.

—¿Estás seguro? —Preguntó Jake, frunciendo el ceño—. ¿No se enojará el sello?

Como si fuera una señal, el teléfono de Taehyung comenzó a sonar  de nuevo. Su expresión no cambió, pero se acercó a la barandilla y  lo arrojó a la piscina de abajo.

—El sello puede irse a la mierda. 

Durante unos segundos, ninguno de los dos pareció saber cómo  responder. Entonces Jake se inclinó y puso sus brazos alrededor de los hombros de Taehyung, dándole un suave abrazo.

—Me ocuparé de ellos mientras te recuperas.

—Eso no es necesario —dijo Taehyung, poniendo una mano sobre el brazo de Jake. Actuaba como un gato salvaje que todavía estaba tratando de adaptarse a mostrar afecto, pero para él, era  francamente tierno—. Además, debes concentrarte en terminar el  próximo álbum ya que no volveremos a tocar el último.