Daddy. (HeeJake)

EPILOGO

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JAKE

—¿Estás seguro de que esa cosa está segura? —Pregunté, viendo cómo Heeseung terminaba de instalar el sistema de bloqueo de servicio pesado en nuestro nuevo sótano.

Ya que habíamos elegido una casa juntos que estaba cerca de Taehyung y lo suficientemente grande como para que Minji pudiera quedarse cómodamente con nosotros cuando regresara de la universidad, encontrar una manera de asegurar un espacio privado era una necesidad.

Todavía no podía creer que estuviera viviendo en una casa real. No un condominio, ni un apartamento de lujo, ni una habitación de hotel, sino una casa real con dormitorios y un patio y todo.

Ahora solo necesitábamos un perro, pero estaba esperando el momento adecuado para abordar el tema con Heeseung.

Si decía que no, siempre podía hacer una rabieta.

No funcionaría, pero él me castigaría, y luego podría fingir que estaba molesto, y él se rendiría solo para hacerme sentir mejor. No era el único que sabía cómo jugar.

—Sé que eras un ladrón de cajas fuertes cuando tenías dieciocho, pero créeme, ella no va a ir a fisgonear.

Resoplé.

—Probablemente no. 

Ahora que el viaje europeo de Minji había terminado, quedaban algunas semanas antes de que comenzara su primer semestre en la universidad.

Heeseung estaba obviamente aliviado de que ella hubiera elegido una universidad cerca de casa, a pesar de que había fingido que no tenía una opinión mientras ella tomaba la decisión.

Decir que estaba nervioso por conocer finalmente a la hermana  menor de Heeseung era una subestimación monumental.

Yo no era el tipo de hombre que alguna de mis relaciones pasadas hubiera  querido presentar a sus familias.

Sabía que ella era fan de la banda, pero una cosa era que le gustara en dosis pequeñas y medidas y otra estar atrapada viviendo conmigo.

Sabiendo lo importante que era para Heeseung, ella era importante para mí, y quería causar una buena impresión, lo que siempre tenía el efecto contraproducente de convertirme en un bicho raro. 

Simplemente no lo llames papi frente a ella...

Simplemente no lo  llames papi frente a ella...

Me había estado entrenando toda la semana, y las pocas veces que Heeseung me había atrapado ensayando mi mantra, se había reído y me había dicho que no me estresara tanto.

Fácil de decir para él.

Fui a asegurarme de que la comida que habíamos preparado estuviera bien, como si se hubiera convertido en ceniza desde la última vez que la revisé.

Cuando miré la pancarta de "Bienvenida a casa" que colgaba sobre la entrada de la sala, ladeé la cabeza.

—¿Eso te parece torcido?

Heeseung no respondió, pero cuando me agarró por detrás y me levantó del suelo, solté un grito de sorpresa.

—Necesitas relajarte. Todo es perfecto. Hiciste un trabajo  increíble, a ella le encantará.

Mordí mi labio inferior, esperando que tuviera razón. Finalmente me dejó en el suelo, pero me dio la vuelta para mirarlo y mantuvo sus brazos alrededor de mí.

—Estoy nervioso. Quiero gustarle.

—Ella te va a amar —dijo por milésima vez, acariciando mi  cabello hacia atrás para poder besar mi frente—. ¿Sabes por qué?