Epílogo II

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Sintió a Jennie temblar contra su mano mientras caminaban por el pasillo hasta la sala desierta; era casi medianoche, a minutos de terminar su cumpleaños y que sea Navidad, todos se habían ido a dormir para despertar temprano en la mañana al desayuno navideño que su madre había preparado, Rosé estaba por acomodar a su cachorra en el medio de la cama para acostarse con su omega, feliz y llena de todas las sorpresas a lo largo del día, aún si algunas fueron amargas, su pobre omega había hecho todo lo posible por que todos tengan un lindo día y ahora le había dicho que tenía un último regalo de cumpleaños.

Dejaron a Hyejin durmiendo y se dejó guiar a la sala, dónde el árbol de navidad aún brillaba con sus luces, cosa de su madre que aseguraba que esa noche debía brillar más que nunca.

Se sentaron en el suelo, como dos niñas que se metían a escondidas a espiar los regalos que un supuesto Papa Noel había dejado para ellas.

La alfa no podía con la ansiedad, Jennie se negaba a confesar lo que había dentro de la cajita blanca que sacó debajo del pino y sostenía celosamente sobre su regazo.

ㅡJennie, amor, me haz dado muchos regalos en esta vida, por favor ya dime ㅡrogó apoyando sus manos en sus rodillas delgadas.

Sonrió al verla retorcerse con una sonrisa, le daba cosquillas que la toque allí, así que Rosé lo hacía a cada rato totalmente a propósito, en especial cuando estaba nerviosa como claramente estaba en ese momento.

ㅡSolo... es inesperado y estoy agarrando coraje para decirte y no fingir demencia ㅡconfesó, un rubor adorable tomando sus mejillas iluminadas por las lucecitas del árbol.

ㅡBueno, ahora me tendrás que decir o te molestaré hasta que estemos dementes las dos y termines diciéndome ㅡdijo, claramente bromeando aunque si se pondría insistente si Jennie no hablaba ya.

Sabía que no era algo malo, tenía la premonición que lo que ocultaba en esa cajita cerraría con broche de oro su día.

ㅡTen y ábrela ㅡextendió la susodicha caja y la dejo con cuidado en sus manos.

Sonrió mirándola, sintiéndose ansiosa por abrir la bendita cajita que se sentía liviana, como si no tuviera nada dentro.

ㅡOh, me hubiera gustado guardarla así como está ㅡdijo bromeando, ganándose un golpe que no logró ni moverla.

Le gustaba molestarla así, aunque por su propio bien empezó a tirar con cuidado de las cintas color blanco que cubrían la caja para abrirla.

ㅡRosé ㅡregaño, pero tenía una sonrisita medio nerviosa en sus labios, había empezado a retorcerse las manos.

Dentro había dos papeles blancos o tal vez eran dos fotos del reverso, así que las volteo sin imaginarse en lo más mínimo lo que encontró en ellas.

Una era una ecografía, negra y borrosa con un puntito blanco de forma extraña, el corazón de Rosé comenzaba a acelerarse al tener eso en sus manos y notar que había un bebé allí.

Rápidamente dió vuelta la otra foto, pero era una cartita simple y sencilla.

"Hola mamá, está vez mami si pudo avisar antes, nos vemos en 2025 <3 "

Sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas, atrayendo con cuidado a su omega quien había empezado a llorar con ella.

ㅡOh Jennie, oh mi amor, ¿Otro bebé? ¿Otro cachorro? ㅡbalbuceó besando su carita.

ㅡSi alfa, ¿Qué te parece? ㅡla miró con cuidado, preocupándose por su reacción.

ㅡMe parece que es el mejor regalo de cumpleaños que podría existir, estoy muy feliz ㅡaseguró uniendo sus labios.

Beach Girls | ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora