Está era la situación, acababa de regresar del mercado y había un perro en su sala más desorientado que ella. Era bonito, si no hubiera comenzado a ladrar cuando entraron, Jennie hubiera pensado que era otro peluche de los que Rosé le regalaba a Hyejin. Pero este era de verdad y estaba rodando por el piso con su hija que había quedado enamorado del perrito.
ㅡ¡Mira mami! ㅡhabía chillado Hyejin apenas lo vió.
ㅡSi amor... ㅡrespondió, escribiendo rápidamente a la culpable de la presencia del animalito.
Resulta que la promesa del perro rubio y en lugar del rojo y todo eso había sido cierta, demasiado. No le sorprendió cuando Rosé afirmo que se llamaba Hank y Hyejin estaba encantada con Hank el pequeño perro.
Miró la hora, Rosé había entrado a trabajar hacía veinte minutos, debió haber dejado al perro y una bolsa de comida antes de marcharse, no saldría hasta media tarde así que Jennie se hizo la idea de que era su responsabilidad.
No la juzguen, adoraba los animales y siempre quiso una mascota para Hyejin, pero tal vez en unos años. Pero bueno, ahí estaba, todo adorable con su niña, Jennie la dejo estar mientras se dirigió a la cocina a preparar el almuerzo, hablando con Rosé mientras tanto.
ㅡMami a Hank le gustan mis pantuflas mira ㅡHyejin correteo en la cocina con el perro entre sus brazos, este tenía una de las pantuflas nuevas de su cachorra.
Jennie se apuró en quitársela, observando que aún servía. Pero el perro con sus dientes de bebé había dejado marca.
ㅡNo dejes que agarré estás cosas, Hyejin, si no aprenderá a romperlas ㅡambas, cachorra y cachorro la miraron con ojos de perrito antes de volver corriendo a la sala.
La omega suspiró, algo le decía que no sería la primera cosa que el perro rompería. Saldría a comprarle un juguete más tarde y esperaría lo mejor.
Al menos el tanto jugar gasto las energías de Hyejin y Hank, apenas llenó sus pancitas ambos estuvieron deshechos en el sofá para una siesta, tiempo que Jennie aprovecho para poner algo de orden y terminar un diseño que debía enviar. Las siestas de Hyejin nunca duraban mucho desde que tenía dos años, así que no tuvo mucho tiempo para ella solo.
Pudo ducharse, cepillarse el cabello y hasta ponerse sus cremas lo que era mucho, luego respondió emails de la empresa, en su mayoría sus colegas publicistas chequeando como iba cada uno, tenían agendada una reunión en la ciudad dentro de un mes y Jennie realmente no quería ir, pero no le quedaba de otra.
Era un solo día pero debía dejar a Hyejin, tomar el tren de dos horas dos veces y soportar a sus compañeros, no eran malos, pero estaban en otro momento de sus vidas por lo que Jennie muchas veces no conectaba con ellos y se aburría.
Más adelante se preocuparía por ello, ahora la siesta y el turno de Rosé había terminado, por lo que Jennie estaba preparando la merienda para todos mientras la sesión de juegos entre Hyejin y Hank se reanudaba.
Jennie oyó el jeep de Rosé estacionarse y su omega se crespo en anticipación, observando la puerta en los segundos que la alfa caminó entre la camioneta y la casa.
Dió una mirada rápida a su cachorra, notando tiernamente como ella también había sentido que su madre se acercaba, parándose con ansias a un lado de la puerta con Hank atrás, esperando a que toque y...
ㅡ¡Rosé! ㅡabrió la puerta y la alfa entró, alzando a la cachorra y dándole un besito en la frente.
ㅡ¡Hola pequeña! ¿Y a quién veo aquí?
Rosé se agachó y con su brazo libre tomó al cachorro que había comenzado a ladrar al ver que le habían quitado la atención por un segundo.
ㅡ¡Es Hank! ¡Apareció aquí! Es mágico y muy bueno ㅡla sonrisa de la niña era enorme.
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Beach Girls | Chaennie
FanfictionJennie sabía solo dos cosas de la madre de su bebé, que se llamaba Rosé y que era la alfa más caliente que una omega soltera de 21 años podría haberse cruzado en una noche de verano. Ahora tenía 24, estaba sola con una dulce niña llamada Hyejin y un...