<SAMANTHA>
Me encontraba en el departamento, en la sala pensando en todo lo que había pasado durante el día, y con el sueño no pude dormir bien pero tenía que hacer el esfuerzo.
Hace unas horas Alexia se había ido dejando un vacío en este departamento, no recuerdo nada de lo que había pasado desde que me desmayé, solo podía decir que había entrado en pánico, y miles de recuerdos que ya había intento olvidar vinieron de golpe a mi mente en aquel momento.
Una llamada entrante a mi teléfono me sacó de mis pensamientos absurdos.
— oh... hola alex.
— hasta que al fin decides responder – es necesario que me gritara.
— yo estoy bien también, y no me grites te puedo escuchar.
—si, como sea... estábamos en el parque, quieres que pasemos a tu departamento?
Bueno la verdad no me vendría nada mal la compañía de mis amigas en este solitario departamento.
— claro que si... te pasaré la ubicación, último piso.
Los minutos pasaron y parecían ínfinitos hasta que al fin escuché el timbre, me paré abrir la puerta.
— este hotel es increíble – es lo primero que menciona Alex y Maru.
— ya se... entren.
— esto es aun mas increíble, que enorme – pronunció alex mirando alrededor.
Fuimos a la sala, trajeron comida que se que veía apetecible, les conté lo que había pasado en la oficina, haciendo que al final me preguntaran una y otra vez varias preguntas.
Le fui hacer un tour a las dos por el departamento, también a lo igual que yo me sorprendía por cada cosa que veíamos.
Llevándonos una maravillosa sorpresa en el balcón había un jacuzzi, y había una escalera que daba a un piso de arriba, subimos y sorpresa. Una piscina.
Era enorme, tenía flotadores de diferentes tamaños y animaciones, le daba la luz de la luna claramente, y en el día apuesto que se vería hermoso.
Bajamos como último habitacion encontrándonos un gym personal, caminadora, pesas ect.
Este departamento era enorme, un bar, una oficina, una piscina, una sala de cine y más.
— tu si que vives al cien – dijo Alex.
— es verdad.... Bueno ya nos tenemos que ir – Maru se acercó a mí y me abrazó a lo igual que Alex.
— fue maravilló tenerlas aquí esta noche – les dije al fin soltándolas.
Nos despedimos y yo me fui a la habitación a tratar de conseguir el sueño perdido de esta tarde.
A la mañana siguiente el sonido en la cocina me había alertado, me puse una bata blanca que había en la puerta enganchada.
Salí de la habitación con mucho cuidado de no hacer ningún ruido, en el pasillo me encontré con un paraguas y lo cogí como defensa.

ESTÁS LEYENDO
AMANTE
RandomTodo es difícil para la vida de Samantha en California, trabajar, pagar universidad y su departamento que a penas y puede pagar, llegó a ese punto por culpa de sus padres. para Alexia una vida de empresaria más prestigiosa del mundo y la más multimi...