Parte 14

421 41 4
                                    

<SAMANTHA>

Iba tarde a la universidad y a la primera hora de clases, aunque lo que me dijo Alexia esta mañana me tranquilizó.

UNOS MINUTOS ANTES

Me había levantado exaltada, al ver la hora que era, eso significaba que ya iba tarde y de lo muy seguro es que tal vez ya estén dando la primera hora de clases, mientras que yo a penas y me estaba vistiendo.

— oye tranquila. Ya sé que eres puntual, pero esta vez relájate un poco, ve lento – Alexia se para de la cama — llamaré al director, para que les avisó a los maestros que llegarás un poco tarde y que no te pongan ausente. Así para cuando llegues, solo tengas que entrar y listo.

No se porque sentía que sus palabras me habían ayudado a no sentirme más tensa de lo que estaba, y al verla estaba mañana cuando abrí los ojos. Fue un golpe de agua caliente, al sentir mi cuerpo caliente.

— déjame llevarte... de todas formas tengo que salir hacia la casa, y ver que todo esté bien allá – asiento a lo que es inevitable no entenderlo, ya que por mi dramatismo en ese momento, tuvo que dejar la fiesta que ella misma había planeado.

— si, entiendo. Y de nuevo lo siento, no era mi intención sacarte de esa manera de tu fiesta, solo por un capricho mío.

— oye – Alexia se acercó a mi — tú no tienes la culpa de nada, eres una mujer importante para mí Sam, que siempre me voy a preocupar por ti.

Me da una beso en la frente, se lo lindo que ahora se siente que alguien te demuestre lo hermoso que se siente ser querido, Alexia se ve que creció rodeada de amor por todas partes, en cambio yo, yo solo ni vida se resumen en traumas, golpes y violencias, cosas que jamás en mi vida quiero recordar, pero a veces es inevitable no hacerlo.

Quiero que mis bebés no pasen por lo mismo que yo pase, y estaría dispuesta a dar mi vida por ello/as.

— vamos, ya voy más tarde ahora – ambas reímos por el cambio de tema.

PRESENTE

Bueno las cosas cambió, yo al tener el auto que me había regalado Alexia, ella decidió que mejor me vaya en el, y así podría venir en el sin necesidad de llamar un taxi o coger un bus.

Sin decir nada, pues simplemente vine en el, y gracias al liceo no había nadie afuera, ya que supuse que todos estaban dentro de la universidad en sus clases.

Una vez que a penas puse un pie dentro, el timbre sonó, haciendo notar el primer receso. Camine al curso de dónde salen mis amigas, y donde siempre nos reunimos.

Una vez que las encontré las saludé.

— Hola chicas – las saludó a cada una.

— oye, ¿estás bien? Pensé que no ibas a venir porque te sentías mal. Me tenías preocupada. — me pregunta Alex una vez que me había terminado de revisar.

— nunca vuelvas a desaparecer así idiota – esta vez me regaña Maru.

— oye ya no me regañen, ya aprendí la lección – levanté mis manos en forma de paz. — que tal si hoy después de clases las invito al departamento, así pasamos un rato de chicas.

Ambas asintieron rápidamente, y me alegraba tener unas muy buenas amigas, que sé que se preocupaban por mí, así como yo por ellas.

ALEXIA

Gracias a que a un tenía ropa en el departamento, solo fue cuestión de bañarme y alistarme, y llegar a despedirme de Samantha en recepción.

En mi mente solo pensaba que solo tenía que vestirme y salir de aquí para ir directo a la oficina u no tener que ir a la casa y enfrentar todo lo que está allá, pero claramente tenía que ir, era MI casa y quería saber si estaba todo en orden.

Unos minutos después llegué a mi casa, todo afuera estaba limpio, solo unos que dos carros aún parqueados, uno era de mis padres ya lo sabía, y el otro ni idea.

Al entrar, me encontré a varias limpiadoras, ordenando y limpiando todo a su paso, dejando todo limpio como antes.

— buenos días, señora – saludaron cada una de ellas.

— buenos días, señoritas – respondí.

La ama de llaves se acercó a mí.

— Oh, ya llegó mi señora. Sus padres y su esposa y el señor Robinson están en la sala.

Asiento, no se porque sospechaba que ese idiota miserable estaba en mi casa. En ese justo momento me llega un mensaje.

Investigador:

"Ya tengo todo listo, señorita. Dígame cuándo se lo entrego"

Bueno creo que mi día no está tan mal como lo planeaba mi cabeza.

— buenos días – salude, caminado hacia la silla vacía lejos de todos los demás, pero más cerca de mi madre.

Todos me devolvieron el saludo, la ama de llaves me sirvió mi desayuno, dándole las gracias.

— ¿ a dónde te fuiste ? – me pregunta Lucy — aquí todos nos preocupamos cuando saliste de esa manera anoche y no volviste.

Simplemente no respondo, sentía mi cabeza en blanco, bueno. No, simplemente había una castaña con ojitos lindos rondando en mi cabeza.

— asuntos personales, que no tienen porque preocuparse. — me llevo un bocado a la boca.

Todos guardamos silencio, porque notaron que no estaba por hablar mucho, pero esta vez alguien si tenía muchas ganas de hablar hoy.

— Que les parece, si más tarde. Vamos a pasar la tarde con una parrillada, así celebramos un día más del embarazo de estas dos mujeres increíbles – Robinson con una sonrisa hipócrita que se le notaba a kilómetros, me miró.

— no, no puedo. Estaré ocupada mañana, ustedes hagan su parilla. Lucy, cariño. Disfrutarlo, no te preocupes – me miró casi sorprendida por lo dicho, y le devuelvo una sonrisa a ambos.

Bien, ahora solo me tengo que ir a mi oficina hacer trabajo, y llamar a mi investigador, para saber qué cosas a descubierto, sobre la empresa de Robinson.

Y si veo cosas a mi favor, simplemente las usaría en algún caso de emergencia que se prende con ese infeliz.

Y no es que esté celosa de él por estar con Lucy, todo lo contrario, por coquetearle a Sam.

AMANTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora