Parte 10

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<ALEXIA>

Me encontraba en camino al departamento para ver a Samantha pero antes claramente le avisé que la iba a visitar, por si yo llegara no la encontrada en alguna situación incómoda.

Aunque no sé por qué estos días me he sentido algo muy sobre protectora con ella, pero no me siento mal al hacerlo.

Al llegar parque mi auto en mi lugar de siempre reservado, saludé al de recepción y entré al ascensor, una vez ya llegué toqué la puerta.

Esperé unos segundos hasta que la puerta al fin fue abierta.

— hola... pasa por favor — al entrar me dio un fuerte olor a comida, no huele nada mal.

Todo lo contrario, huele exquisito.

— huele bien aquí – le dije viendo como su mejilla de pone rojizo carmesí.

— si, cuando me dijiste que venías quise preparar algo de cenar, pero no se si cenaste.

— no, no cené, muero de hambre.

Pude ver como sus ojos agarrando nuevamente ese brillo regalándome una dulce y hermosa sonrisa.

Fuimos al comedor, y vaya maravilla, había muchas cosas todo se vería delicioso.

— wuao... todo esto lo preparaste tú sola – la miré sorprendida.

— si, por había usado tu tarjeta para comprar cosas para la despensa, así que aproveché para preparar algo – me dijo mientras se iba acercando —ven sientante y come.

Y así hice, aprovecharía para probar su comida y si estaba buena podría mañana mismo ponerla a trabajar en el restaurante.

Me tomé mi tiempo en saborear la comida, y podría decir que esta era la comida más rica que había comida en mi vida, bueno sacando la de mi madre ella también cocinaba de maravilla, pero esta comida estaba a otra nivel.

— ohh... – gemí bajo — esto está exquisito.

La miré y me miraba con una gran sonrisa y un hermoso brillo en sus ojos.

— ¿ entonces significa que si te gustó todo? – asentí con emoción sin dejar de comer.

No pronunciamos una palabra más durante la cena, yo solo seguía degustando cada comida y cada una me sorprendían.

— ¿ sabes conducir? – le pregunté.

— Si, Alex mi amiga tiene un auto y me a estado enseñando ¿ por que ?.

— bien, espera aquí.

Salí del comedor para ir a mi antigua oficina, que ya no usaba pero que recuerdo que tenía unas llaves allí.

Entré en busca de ellas hasta que al fin las encontré en un cajón del escritorio, regresé al comedor viendo a Sam recogiendo todo lo que estaba sucio.

— deja eso.... Ven – deje que pusiera los platos en la mesa.

La lleve hasta la sala y la senté, sentándome a su lado.

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