<SAMANTHA>
Tenía que admitir que estaba feliz, iba a ver a mi bebé por primera vez atravez de una pantalla, pero no me importa, solo sentía mi corazón latir fuertemente por la gran emoción que tenía.
Estaba esperando a Alexia que me tendría que recoger para ir al ginecólogo que ella había conseguido "de buena confianza".
Después de unos largos minutos, el
Tiemble suena, camine hacia la puerta y la abrí encontrándome Alexia, que de igual manera traía una bonita sonrisa en su rostro, que deslumbraba todo.— ¿ cómo estás ? –me pregunta una vez ya salimos del hotel.
— la verdad, algo nerviosa – respondí con sinceridad.
— todo saldrá bien yo sé que si – me dice tomándome de la mano.
Durante todo el camino al hospital, no dejaba de pensar en tantas cosas buena como malas.
Solo pensaba en que podria tener mi bebé si estaría sano o tendría algún problema eso solo aumentaba más mí preocupación.
Luego de unos minutos largos en carretera al fin llegamos al hospital, se veía normal pero un poco costoso a lo que solía ir.
Pasamos por recepción y mientras esperamos nuestro turno, podía ver Alexia muy feliz y eso me alegraba y me mostraba que no estaba sola en esto.
— oye por cierto, hoy tengo una fiesta en casa y quería saber si quieres ir.... Pero si vas créeme que me alegraría que estuvieras allí – me voltee a verla, me estaba mirando fijamente y eso me ponía nerviosa.
— ¿ y a qué hora es ? – tal vez haya posibilidad de que vaya.
— a las ocho, hoy en mi casa – solo asentí.
Y tendría que ir a esa fiesta se supone que tengo que ir bien vestida, porque personas de clase alta como Alexia, siempre van muy bien vestidos, y si no voy acorde a la fiesta pasaría una vergüenza.
— pero ¿ yo solo soy alguien simple, y supongo que irán muchas personas de alto rango, creo que sería inapropiado.....
— no me importa, solo quiero que estés hay – no dije nada solo la miraba.
— entonces necesito ir de compra para un vestido.
Vi como Alexia agrandaba su sonrisa haciendo que eso me alegrara al saber que mi presencia ella la quería para esta noche.
— señorita samantha y Alexia – de una puerta salió una enfermera.
Nos paramos y nos dijo dónde teníamos que ir, camino hasta llegar al consultorio, donde estaba la camilla y varios aparatos, y sobre todo a la ginecóloga.
— buenas tarde, bellas damas – nos saluda con una sonrisa cosa que devolvemos — bien... la embarazada que se pongo en la camilla por favor.
Aunque estaba nerviosa me tenía que tranquilizar, para no alterarme y alterar al bebé.
— estará todo bien – Alexia me ayuda a subirme a la camilla.

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AMANTE
De TodoTodo es difícil para la vida de Samantha en California, trabajar, pagar universidad y su departamento que a penas y puede pagar, llegó a ese punto por culpa de sus padres. para Alexia una vida de empresaria más prestigiosa del mundo y la más multimi...