Esta es la historia de cómo una chica pasó de buscar respuestas a sus inquietantes dudas a ser la pieza faltante de un plan lleno de ambición y caos.
Gela siempre ha tratado de ignorar su diferencia y vivir una vida como los demás, pero lo que ella...
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El tintineo de las tazas y el aroma a café llenan la pequeña cafetería en la que trabajo. Me apoyo en el mostrador, preparando un latte para el cliente que acaba de entrar.
—Serían cuatro dólares, señor —menciono al entregar el café.
—Gracias —dice él al recibir su cambio con una sonrisa.
—Que tenga un buen día —respondo.
El café que preparo es lo único que llega a estar al nivel de la comida deliciosa de mamá. Mi rutina mañanera es como todos los días: sonrío, sirvo a los clientes y así hasta terminar mi turno. Pero este día sería la excepción al ver entrar a Dylan, el chico que conocí hace unos días.
—Buenos días. Un café, por favor —dice sacando la cartera de su bolsillo.
—Claro, ¿un capuchino? Me quedan deliciosos —respondo. Él me mira y sonreímos al unísono.
—Sí, un capuchino está bien. Eres la chica del roble, Gela, ¿no? —pregunta sin borrar su sonrisa.
—Sí, esa soy yo —respondo mientras me dirijo a preparar su café.
—Supongo que ahora tenemos algo más que un árbol en común —comenta.
—Parece que sí —Una sonrisa se forma en mis labios mientras le entrego su capuchino.
—Qué coincidencia, ¿no lo crees? —sigue la conversación. Confirmo que sus ojos son verdes, un verde oliva.
—No soy mucho de creer en las coincidencias —Recibo el dinero —Yo considero que todo pasa por algo —aclaro.
—Sí es así. Me pregunto por qué tendríamos que encontrarnos otra vez.
—No lo sé, tal vez en un futuro lo sabremos. —"Lo que solo les pasa a los demás" Interesante elección —comenta al ver el libro sobre el mostrador.
—¿Ya lo has leído? —pregunto al regresar con él para entregarle su cambio.
—No, pero he oído hablar de él. ¿De qué trata?
—Es una novela intrigante. Crimen, corrupción, secretos oscuros en Barcelona. El protagonista, Marc, es un abogado atrapado en una red de intrigas. ¿Te gusta el misterio?
—Sí, me encanta —toma un sorbo del café —Tienes razón, está delicioso el capuchino —Dice con sorpresa ante el sabor.
—No suelo mentir.
—Ya veo —dice y me ofrece una sonrisa coqueta que me hace sentir como si estuviera flotando.
El aire se carga de electricidad en el instante en que nuestras miradas se encuentran. El mundo exterior se desvanece; solo existimos él y yo en este pequeño pero infinito fragmento de tiempo. El sonido de la campana, anuncia la llegada de alguien más.
