SEMANAS DESPUÉS.
Sería un día muy ajetreado. En dos días habría lanzamiento, así que tenían muchos detalles de último momento para corregir o para terminar de cerrar y además en este día también iban a tener una junta directiva.
Armando estaba en el baño, ya se había duchado y afeitado, para completar su rutina diaria de las últimas décadas solo le restaba ponerse su irresistible perfume, pero desde hacía unos días que no lo hacía, ya que, inexplicablemente, le causaba náuseas. Bajó a la cocina con apetito, quería desayunar, pero al sentir los aromas de lo que estaban preparando, tampoco lo pudo hacer con normalidad, sentía su estómago revuelto, esto también le venía pasando en los últimos días, sobre todo en las mañanas, apenas si pudo tomar una aromática. Todo lo contrario a Betty, que cada día que pasaba comía más.
D. Margarita: —Niña, coma con cuidado que le puede caer mal.
Betty: —Gracias por preocuparse doña Margarita, pero tengo mucha hambre.
D. Margarita: —En todo caso, intente comer más sano, como por ejemplo frutas en vez de lo que sobró de la comida de anoche. Y tú, Armandito, haz un esfuerzo y come un poquito, te me vas a enfermar.
Armando: —Tranquila, mamá, es por los nervios del lanzamiento.
A Betty le suena el celular y sale de la cocina a atender.
Cata: —Buenos días, Betty.
Betty: —¿Como ha estado doña Catalina?
Catalina: —Bien, la llamé para ver si todavía está interesada en el trabajo.
Betty: —Si doña Catalina, el trabajo me interesa, pero aún no puedo aceptarlo, y como ya sabe, si lo acepto, recién podría estar disponible en la segunda quincena del mes siguiente (en su pensamiento: decidiré cuando le haya dicho a Armando que estoy embarazada, veré si me rechaza o no)
Catalina: —¿Estaría bien a fin de mes?, tengo un viaje a Miami para abrir una franquicia.
Betty: —Sí, a fin de mes estaría bien.
Catalina: —Betty, no me ha dicho porque quiere irse de Ecomoda
Betty: —Se lo diré doña Catalina, pero es un secreto, estoy embarazada, por eso me gustaría irme, este trabajo es muy estresante para mi estado
Catalina: —Claro, sí, sí tiene razón, la comprendo.
Mientras ellas tenían esa conversación, Armando estaba escuchando. ¡Su Betty estaba embarazada, y se le quería volar sin decirle nada!, con las lágrimas en los ojos se fue. Después del comité hablaría seriamente con Betty, ¿Qué pensaba de él? ¿que era un monstruo, que no iba querer a su hijo? ¿por eso lo escondía?
Mientras tanto recordaba una conversación que había tenido con su madre días antes.🌹🌹🌹 RECUERDO.
Margarita: —Armandito, soy tu madre y te conozco, y no me creo que hayas respetado a la doncella. Yo estoy comenzando a sospechar que tu doncella está embarazada, y si es así, prepárate, porque primero te mata tu padre y luego don Hermes.
Armando: —¡Ay, Mamá me conoces bien!, pero fue inconsciente, estaba borracho.
Margarita: —Si fue inconsciente, fue tu corazón, dicen que los borrachos y los niños dicen la verdad.
Armando: —Mamá, ¿Por qué dices eso? Me preocupa lo del embarazo, si fuera así, Betty ya me lo hubiera dicho y hasta ahora no me ha dicho nada.
Margarita: —Ay, hijo, todavía te falta experiencia y no conoces nada a las mujeres. 🌹🌹🌹La esperó en el coche, estaba un poco nervioso, pero Betty estaba tan concentrada en revisar informes que no se dio cuenta de nada.
La mañana fue una locura, todo el mundo estaba como loco. El que no estaba trabajando en la preparación de la junta directiva, estaba organizando el lanzamiento de la colección o volviéndose loco en ambas.
Freddy estaba en esas, pero no pudo decir que no al pedido de Betty.
Betty: —Por favor, Freddy, cómpreme unos chocolates.
Freddy: —Está bien, mi benemérita vicepresidente financiera. Perdóneme, pero discúlpeme, como que últimamente está comiendo demasiados chocolates ¿no? ¿No será que su tinieblo le hizo un bello regalo? —señalando su vientre.
Betty: —No sea bobo, Freddy, que si las del cuartel lo escuchan, me van a volver loca, como chocolate porque estoy nerviosa, y es con lo único que me calmo.
Freddy: —Si usted lo dice, mi excelentísima…
Betty: —¡BUENO YA! ( Imaginen un grito al estilo Armando). Freddy, por favor, me está volviendo loca.
Afortunadamente, no la escuchó nadie del cuartel, pero sí alguien muy chismoso: Mario Calderón, que enseguida le fue con el chisme a su gran amigo.
Mario: —Hermano, le tengo un chisme espectacular.
Armando: —Déjese de babosadas, estamos tapados de trabajo.
Mario: —Pero es que a usted le incumbe, imagínese que vampirín está embarazada.
Armando: —¿Y eso a usted que le importa? No es su problema.
Mario: —No lo es, pero no me imagino quien fue el tipo con tan mal gusto de hacerle el favorcito al monstrete.
Armando: (muy nervioso). Basta ya con sus babosadas, y usted a Betty la respeta.
Mario: —Guarde el ogro.Aunque estaban todos ocupados, la junta directiva ya estaba preparada, comenzaría por la tarde y antes de eso muchos salieron a almorzar, particularmente Armando, hacía varios días que tenía antojo de bandeja paisa, por medio de Bertha se enteró que ese día lo servían en el corrientazo, por lo que decidió acompañar a las del cuartel.
La comida estuvo exquisita, además Mariana les propuso tirarles las cartas a él y a Betty. No disponían de mucho tiempo, pero no tendría otra ocasión de leérselas a don Armando y además, Betty muchas veces era renuente a que se las leyera.
Mariana: —Esto está como raro. Veo un profundo cambio de vida, en especial en lo personal. Veo un matrimonio, pero raro, como a las apuradas. Veo bebés. En definitiva lo veo enamorado, lo veo con la mujer de su vida.
Sofía: —Por Dios, Mariana. ¿A usted quién le dio trago? ¿Don Armando casado?
Armando: —Mejor siga con Betty.
Mariana: —Esto está muy raro, porque las cartas son muy parecidas a las de don Armando, es más, si no estaría segura de que es imposible, les diría que sus destinos están cruzados.
Betty: —¡Ay, no, qué ridículo! ¿Cómo se le ocurre?
Mariana: —Sigo. Veo un matrimonio repentino que va a durar toda la vida. Veo felicidad y veo un embarazo, que coincide con el sueño que nos contó antes del viaje a Nueva York.
Armando: —Muchachas, es hora de irnos.
Por fin había llegado la hora de la bendita junta, Betty estaba explicando el informe, cuando iba a tomar una carpeta se sintió muy mareada.
Cae en el piso.
Armando: —Despierte Betty —y luego dijo gritando— ¡que alguien llame al doctor de la empresa!
Marcela toma el teléfono y llama al doctor (bueno, una buena acción de Marcela)
Mientras tanto, Armando lleva a Betty al sillón de presidencia.
Armando: —Betty reaccione, debe estar bien por nuestro bebé, por favor.
Roberto se queda sorprendido, pero solo unos segundos, ya que después, por lo que grita, todos se enteran de la situación.
Roberto: —Armando Luis Mendoza Sáenz ¿Cómo fuiste tan irresponsable de embarazar a esta muchacha?
Armando: —Papá por favor, ahora no es tiempo para reproches.
Roberto: —Te tendría que matar, pero mejor ni me preocupo, porque si no lo hago yo, lo hace don Hermes.
Catalina Ángel, es quien finalmente pone orden y echa a todos de presidencia, quedándose al cuidado de Betty. El médico al revisarla confirma el embarazo y le indica que sólo fue un bajón de presión.
Luego, Betty cómo pudo siguió con su trabajo en la junta directiva, ante la mirada inquisidora de todos, en especial de Mario y de Marcela.
Luego de esa junta Catalina la siguió hasta su oficina, Betty ocupaba la que antes era de Olarte.
Catalina: —Ahora que está bien, necesito que me explique por qué si está embarazada de Armando, quiere irse del país.
Betty: —Doña Cata, no soy la clase de mujer que quiere atar a un hombre con un hijo.
Catalina: —¿Acaso él no lo quiere? Porque eso no fue lo que me pareció.
Betty: —De hecho, yo no le había dicho nada, no sé cómo se enteró.
Catalina: —¿Acaso está loca que pensaba irse sin decirle nada?
Betty: —Se lo pensaba decir antes de irme con usted. Sólo que estoy segura de que no quiere tener un hijo y yo siempre lo supe, lo escuché decírselo mil veces a doña Marcela.
Cuando estaban hablando, llegó Armando.
Armando: —Se equivoca Betty, no sé qué concepto tiene de mí, pero no voy a desconocer a ese hijo.
Catalina: —Mejor los dejo solos.
Catalina se va.
Armando: —No sé si seré el mejor padre, pero al menos déjeme intentarlo.
Betty: —Pero usted no quería hijos…
Armando: —Yo no quería atarme de por vida a Marcela.
Betty: —¿Y a mí, si?
Armando: —Con usted es distinto, que nuestro matrimonio sea por accidente, no quiere decir que la odie, al contrario, yo a usted la quiero Betty. No me siento atado, quiero a ese bebé.
Armando se sentía extraño, por primera vez le dijo que la quería, pensó que diciéndolo se sentiría mejor, pero el nudo en el pecho continuaba, como si sus sentimientos no estuvieran del todo claros.
Betty sentía un gusto agridulce, seguramente amaría a su bebé, pero a ella solamente la quería.
¿Solamente la quería?CONTINUARÁ…
HISTORIA DE ALEJANDRA GOMEZ Y chesita_and_Ale(CARO_LINA)
EDICIÓN DE MarcelaQuinteros8
PORTADA DE ALEJANDRA GOMEZ.
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Matrimonio por accidente
FanfictionMATRIMONIO POR ACCIDENTE Betty y Armando viajan a Estados Unidos a cerrar un negocio con el Fashion group. Los invitan a las Vegas , se emborrachan ¿ Que puede salir mal? Los invitamos a leer esta divertida historia HISTORIA DE ALEJANDRA GOMEZ Y CH...