Capitulo VIII

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Ese día sería un día importante para Ecomoda, lanzaría una de sus mejores colecciones, todos los empleados y ejecutivos habían trabajado mucho para que todo salga perfecto. Mientras Betty se estaba arreglando para asistir al evento, recordaba el interrogatorio al que fue sometida por el cuartel.

🌹🌹🌹 RECUERDO

Bertha —¿Cómo es eso de que se casó con don Armando?

Betty: —No se haga, que Armando ya me contó que usted lo estuvo espiando.

Sofía: —Pero es que queremos el chisme de primera mano.

Betty: —No hay mucho que contar: los del Fashion Group nos invitaron a Las Vegas, nos emborrachamos, nos casamos y como verán, tuvo sus consecuencias.

Aura María: — Cuéntenos ¿La pasó rico?

Inesita: —¡Aura María, por Dios! ¿Qué es esa falta de respeto?

Betty: —Gracias Inesita, igualmente no pienso contestarle, es parte de mi vida privada.

Bertha: ¿Pero se va a divorciar?

Betty: —Ese era el plan al principio, pero ahora está este embarazo y como ya escucharon, no nos podemos divorciar.

Bertha: —Pero a doña Marcela le dijo que está enamorado de usted.

Betty: —Armando me aprecia mucho, es lógico, soy la madre de su hijo. Aunque todo comenzó como un accidente, estamos intentándolo, queremos darle una familia.

Sofía: —Pero Betty usted no nos está contando nada nuevo.

Betty: —¡YA BASTA! —gritó a lo Mendoza —No les voy a contar más.

Aura María —¡Fresca mija! ¿Qué le sucede?

Betty: —¡Ay, no sé! —llorando. No puedo controlar mis impulsos.

Inesita: —¡Ay, por Dios! Ustedes saben lo que es estar embarazada y no hacen más que presionar a Betty.🌹🌹🌹🌹

En esos días se le estaba haciendo muy difícil controlar sus emociones, sus cambios de humor eran constantes, hasta las del cuartel la terminaron padeciendo.

Unos de los estilistas de Ecomoda, estaba lavándole el pelo, le aconsejó que se quitara el capul y se hiciera un maquillaje suave.

Mientras tanto recordaba la propuesta de Armando.

🌹🌹🌹 RECUERDO

Armando: —Cómo sabrá, no nos podemos divorciar hasta que nazcan los chinos, entonces quiero proponerle, esperar aún más para divorciarnos, es que quiero estar presente en la crianza de ellos.

Betty: —Lo entiendo, además recuerde las reglas de don Roberto.

Armando: —Si Betty queda embarazada no permitiremos el divorcio, además quiero contarle algo un poco incómodo.

Betty: —Sí, dígame.

Armando: —Le he dicho a Marcela que me había enamorado de usted, ya sé que es cruel, pero mientras siga ilusionada conmigo no va a continuar su vida.

Betty: —Creo que entiendo su punto de vista, soy mujer y entiendo lo que es estar ilusionada, una es capaz de esperar años a un amor. Creo que está haciendo lo correcto, no es fácil tomar el papel de villano, pensando en la felicidad de otra persona.

Armando: —Además es necesario parecer una pareja normal, por ejemplo, empecemos a tratarnos de tú, ninguna esposa trataría a su marido diciéndole, don Armando o doctor.

Betty: —Tiene razón, don… tienes razón Armando.

Armando: —¿Me vas a ayudar Betty?

Betty: —Como siempre, doc… como siempre Armando.

Matrimonio por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora