Capitulo XI

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Habían pasado unos días y Catalina fue a hacerse la primera ecografía, por supuesto, Mario la acompañó. Afortunadamente, los estudios que se hizo anteriormente tuvieron resultados favorables, todo indicaba que el embarazo era normal y la salud de la madre era excelente.
El obstetra los recibió muy amablemente en el consultorio y les dio las buenas nuevas. Por último quedaba la ecografía, parecía todo normal, hasta que el médico dice:
Doctor: —Escucho dos latidos.
Catalina: —¿Eso es malo, doctor?
Doctor: —Por supuesto que no, sólo que tendrán que comprar más pañales, todo indica que son mellizos.
Mario: —Ahora Armando, no va a poder presumir de que él solo es capaz de hacer dos de un solo tiro.
Catalina: —No seas vulgar Mario —le pega una palmada en el brazo— además, debería matarte ¿Cómo pudiste hacerme dos niños? Total, tú no los vas a parir ¿no?
Doctor: —Dejen de pelear, porque les tengo más noticias. No son dos.
Mario: —Gracias a Dios —suspiró.
Doctor: —Son tres…
Catalina: —¡¡¡Mario, ahora sí que te mato!!!
Mario: —¿Tres?.. pero… ¿Cómo pudo pasar?
Acto seguido Mario Calderón se desmayó.
¿Se imaginan a Mario, padre de trillizos?

🌷🌷🌷

Cómo si esto fuera poco, a Bogotá estaban por llegar unos simpáticos personajes: Gabriela Garza y Kenneth Johnson. Armando estaba ansioso de recibirlos, porque al analizar la situación con calma se dio cuenta de que lo de Las Vegas no fue una simple borrachera. Esos dos ejecutivos tendrían que dar muchas explicaciones.
Betty, Armando y Mario (todavía muy pálido) los estaban esperando en la sala de juntas. Todos hacen los saludos de rigor, Kenneth, es el primero que nota el vientre abultado de Betty.
Kenneth: —¡Oh, my God! Señorita Pinzón, está embarazada.
Betty: —¡¡¡Señora Mendoza!!!
Armando: —Cómo verá nuestro matrimonio por accidente, tuvo sus consecuencias. —Con voz seria.
Los dos ejecutivos siguieron la reunión un poco incómodos. Empresarialmente fue muy fructífera, la asociación fue muy beneficiosa para ambas partes, cuando terminaron de cerrar todas las negociaciones, se comenzaron a alistar para retirarse lo antes posible, pero Armando no estaba dispuesto a permitirlo, y para colmo de males cuando los ejecutivos intentaban poner excusas para retirarse, a Gabriela le ocurre un accidente que empeora aún más la situación.
Mario: —Señorita Garza, se le ha caído una foto —agachándose— No sé preocupe, yo la recojo. —Mira la foto anonadado y estalla en una carcajada. —¿Qué es esto?, hermano me va a tener que dar muchas explicaciones.
Armando cuando ve la foto quiere matar a todos. Es una foto de ellos dos el día de su boda, disfrazados de Elvis y Marilyn, se veían totalmente ridículos.
Armando: —Devuélvame esa foto, y se me retira de aquí, YA MISMO.
Mario: —¡¡¡Guarde el ogro!!! Elvis.
Armando: —¡¡¡MALDITA SEA CALDERÓN, SE VA YA MISMO!!! ¡¡¡QUE CRUZ!!! Y USTEDES DOS ME TIENEN QUE DAR MUCHAS EXPLICACIONES.
Mario se retira, porque soldado que huye, sirve para otra guerra. Los del Fashion Group, estaban aterrorizados, la broma se les había ido de las manos.
Gabriela: —Tranquilízate, Armando.
Betty: —Sí Armando, por favor, cálmate.
Armando: —Está bien, voy a ser directo: con el pasar del tiempo, me di cuenta de que lo que ocurrió esa noche no fue una simple borrachera. ¿Ustedes nos pusieron algo en la bebida?
Betty: —¡¡¡Armando!!! No puede ser.
Gabriela: —De hecho sí, discúlpenos, pusimos un ingrediente extra, porque se nos ocurrió que necesitaban relajarse.
Betty: —¿Pero cómo fueron capaces? ¿Qué nos pusieron en las bebidas?
Kenneth: —Yo fui Marine, en esa fuerza utilizamos lo que se conoce como suero de la verdad.
Armando: ¿Qué? ¿Eso nos pusieron?
Kenneth: —Eso y alguna otra cosita que los desinhibió totalmente. En pocas palabras, ese día ustedes hicieron lo que se les vino en ganas y lo que reprimieron por algún tiempo.
Armando: —Los mataría, pero gracias a ustedes estoy casado con la mujer de mis sueños.
Armando terminó perdonando a los ejecutivos, porque finalmente se dio cuenta de que estaba enamorado de Betty desde mucho antes de hacer ese viaje. La broma de ellos sólo hizo que se adelantaran los acontecimientos.
Los ejecutivos del Fashion ya no tenían apuro por irse y aceptaron hacer un recorrido por la empresa para conocer todas las instalaciones. Gabriela les entregó el resto de las fotos, casi todas eran absolutamente ridículas, pero había una que a Armando le había gustado mucho, estaban sin las pelucas, abrazados y sonriendo a la cámara, se quedó mirando la foto con cara de bobo enamorado, los demás se iban pasando las fotos de mano en mano, y todos hacían bromas sobre las poses y las fachas de los novios. Armando aprovechó que todos estaban ocupados mirándolas y se guardó su foto preferida y otra donde se veían ridículos en un bolsillo.
Con el pasar de los meses, había estado recordando cada momento de ese día, y se había dado cuenta de que faltó un detalle muy importante y debía solucionarlo urgentemente. Inventó un almuerzo con unos inversionistas, se despidió de todos y se fue a la mansión, necesitaba la colaboración de su madre.
Margarita: —¡Armando, qué sorpresa, nunca vienes a almorzar!
Armando: —Es que necesito tu ayuda. —Saca las dos fotos de su bolsillo —Míralas.
Margarita cuando vio la primera foto estalló en una carcajada, pero cuando miró la que le había gustado a Armando, vio solo amor.
Margarita: —Se ven tan ridículos, pero hermosos. Dime Armando ¿desde cuándo la amas?
Armando: —No lo sé mamá, pero sé que es el amor de mi vida y hoy comprendí que si bien esa noche fue un poco accidentada, fue el día más feliz de mi vida.
D. Margarita: —Lo sé mi amor, Betty es una mujer muy especial y se nota el amor que se tienen.
Armando: —Pero hay un detalle, nunca le di un anillo a Betty.
Doña Margarita le dice que lo espere un minuto, va hasta el estudio y vuelve con un estuche.
D. Margarita: —Ya me había dado cuenta, y lo tenía preparado, sólo que no quise ser metiche y estaba esperando a que tú me lo pidieras. Aquí está el anillo de tu abuela.
Armando: —Gracias mamá.
D. Margarita: No te olvides de hacer algo especial para entregárselo.
Por supuesto que ya tenía preparado algo especial, pero sería una sorpresa.
Luego de almorzar con su madre volvió a la empresa, encontrándose con Mario Calderón en su oficina.
Armando: —¿Qué le ocurre que anda tan pálido?
Mario: —Es Cata, hoy la acompañé a su primera ecografía.
Armando: —Felicitaciones “papá”, es emocionante, pero tampoco es para ponerse como una hoja de papel.
Mario: —Es que usted no entiende. No es un solo bebé.
Armando: —¡Ah, Bueno! ¿Usted también fue capaz de hacer dos de un solo tiro?
Mario: —Tres. Tres bebés, hermano, esto es mucho para cualquiera.
Armando: —Felicitaciones hermano, eso sí, espero que sean niñas, no quiero a uno de los babosos de sus hijos detrás de mi Camila (nombre que escogieron para la niña).
Mario: —Pues serán niños, de eso estoy seguro, y desde ya le advierto, que si hay una niña en ese trío, no quiero a su Robertito atrás de ella.
Llegó la tarde casi noche, Armando le propuso a su esposa retirarse una hora antes, le anticipó que le tenía una sorpresa. Y así era, había reservado una mesa en el mesón de San Diego para ellos dos solos.
Betty: —Ay, Armando, eres tan divino.
Armando: —Mi vida, es que te amo.
Betty: —Y yo te amo a ti.
Bailaron un rato y luego les sirvieron la cena, que estaba deliciosa. Armando estaba muy nervioso, aunque ya estaban casados, sentía que estaban dando todos los pasos al revés y que ese día era como si le estuviera proponiendo matrimonio.
Armando: —Betty, mi amor, cómo te habrás dado cuenta, para mí esta noche es muy especial, yo creo que a nuestro matrimonio le faltó un detalle y hoy te lo quiero dar. —Se arrodilla—. Querida, acepta este anillo como prueba de mi amor por ti.
Betty: —Ay, Armando, ya no necesito ninguna prueba —toma el anillo y se lo coloca— Por supuesto que acepto el anillo, pero ten en cuenta que no cambiaría nada de lo que pasó durante estos últimos meses. Tal vez nuestro matrimonio fue accidentado, pero nos amamos tanto y fue tan especial.
Armando: —¿Qué dices? Tú te merecías un casamiento por todo lo alto…
Betty: —Boda en la catedral Primada, fiesta para 2000 invitados y no sé qué tantos lujos. Ese sería el sueño de cualquier mujer, pero no el mío. ¿Aún no me conoces?
Armando: —Eres única, especial e irrepetible, eso fue lo que me enamoró de ti.
Betty: —Si volviera el tiempo atrás me casaría contigo de la misma forma, lo que más recuerdo de esa noche es lo relajados que estábamos y en especial que te tenía todito para mí.
Armando: —¡Ay, mi picarona! Sepa que esta y todas las noches que vienen, me tendrá todito para usted.
Con el anillo en su mano terminan besándose, sellando su amor.

CONTINUARÁ…

HISTORIA DE ALEJANDRA GOMEZ Y chesita_and_Ale.(CARO_LINA)
EDICIÓN DE MarcelaQuinteros8
PORTADA DE ALEJANDRA GOMEZ.

Matrimonio por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora