Hook

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Maléfica amaneció en la cama de James Hook. Por segundo día consecutivo, despertó con un terrible dolor de cabeza. Sin embargo esta vez no era a causa del vino, sino de esa maldita ansiedad que aparecía sin que ella pudiera hacer algo para evitarla.

Cuando abrió los ojos, vio a su amigo dormir en una silla, recargado en su escritorio al otro extremo del camarote.

Lo primero que se le vino a la mente fue que si Hades se enteraba del lugar donde había pasado la noche, seguramente mal interpretaría todo y eso no se lo perdonaría. Entonces, lo perdería.

Pero luego recordó que de hecho, ya lo había perdido.

Todo por culpa suya y de sus palabras...

Recordó entonces pequeñas partes de su ataque del día pasado. La forma en la que James la había sacado temblando de la escuela con absoluta discreción, la manera en la que la ayudó a caminar en más de una ocasión por sentirse sin fuerzas y lo amable que había sido al ofrecerle un lugar donde dormir para no quedarse sola.

Se sentía cansada, extremadamente cansada, y todo se sentía tan reciente que su respiración aún dolía por momentos. Y es que si tener e intentar expresar sentimientos ya era lo suficientemente complicado, sumarle la culpa que sentía era aún peor.

Maléfica se colocó en posición fetal. Sin darse cuenta había comenzado a presionar su propia cabeza para intentar que las palabras sobre Cronos y la mirada de dolor de Hades la abandonaran.

Cuando hablaron por primera vez hacía apenas tres días, ella le dijo que Hades le había mostrado su debilidad: el corazón. Y como si fuera karma ahora el corazón era lo que a ella le estaba doliendo. Ahora era ella la que se sentía completamente débil, frágil y derrotada.

Volvió a quedarse dormida por el cansancio de su mente y despertó apenas un par de horas después.

Hook salía de su cuarto de baño con una toalla con botones en los extremos envuelta en la cintura, cuando notó que ella ya se encontraba despierta.

-¿Mal, te sientes mejor? No has hablado desde ayer

Ella se sentó con dificultad en la cama, pensando que responder aquella pregunta era ridículo pues seguramente su rostro era un desastre.

-Todo estará bien, ¿de acuerdo? Sólo necesito saber qué es lo que está pasando por tu cabeza.

-Nada está bien, James.

-Claro que lo está, no estás sola.

Si el tiempo los perdonaba por no haberse frecuentado tanto desde que sus hijos empezaron a crecer, entonces James continuaba siendo su confidente y su principal apoyo.

Él ya conocía el lado frágil de Maléfica. Cuando Hades la abandonó, él se quedó a su lado por días completos. Él la vio enojarse, maldecir, destrozar y llorar de coraje hasta quedarse dormida. Pero nunca la vio rogar, ni salir a buscarlo.

Ella jamás permitió que nadie la notara derrotada y por supuesto, jamás se había quedado tan callada y tan dispersa como en ese momento.

Por eso Hook estaba preocupado. Él supuso en un inicio que su ensimismamiento se debía a que estaba conociendo el arrepentimiento por primera vez, ya fuera por la forma en que le habló a Hades o por la manera en la que su hija había salido del lugar.

Ambas cosas eran ciertas, pero ninguno consideró el hecho de que ella aún no notaba que sus sentimientos por Hades estaban regresando.

-Periódico- dijo Maléfica con tono bajo

-¿Eh?

-Necesito el periódico

Hook asintió y aún cubierto sólo por la toalla salió a la cubierta del barco. Maléfica lo escuchó gritar firme a su tripulación.

Segundas oportunidades (Hades x Maléfica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora