Segundas oportunidades (Hades x Maléfica)

Encuentros

Si estás leyendo este capítulo el 28.09 o días cercanos, es una actualización doble. Hay un capítulo antes de este.  

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La noche ya amenazaba con caer sobre Auradon cuando Maléfica y Mal llegaron al Palacio Real. Ben las recibió poniéndolas al tanto de lo que se había enterado, remarcando el hecho de que Hades se encontraba consciente y sobre todo, lúcido.

Ambas estaban nerviosas. Mal quería ver la expresión de su padre cuando notara que su embarazo ya era bastante notorio y quería hacerle muchas preguntas. Pero Maléfica era la que más ansiosa se encontraba. Aunque intentaba aparentar, uno de sus dedos enrollaba incesante un mechón de su largo cabello negro revelando su inquietud.

Había pensado por días enteros lo primero lo que le diría al despertar, incluso lo había practicado en soledad durante su tiempo en su jardín, pero ahora que se encontraba a apenas unos minutos de por fin poder verlo, todo escenario y diálogo se le hacía difícil de recordar.

Cuando llegaron a la puerta principal, Mal se adelantó para saludar con un abrazo a Bella y Adam que ya se encontraban esperándolos para saber más información y no importunar a Hades con su presencia.

No obstante, Perséfone que estaba unos metros antes, alcanzó a tomar el brazo de Maléfica sin hacer demasiado escándalo.

— Espera —. Dijo. Su tono era bajo y dulce, como la mayoría de las veces — No considero indicado que entres

Maléfica observó su agarre con un gesto de incredulidad antes de tomar la mano de la diosa sólo con dos dedos y quitarlo de su antebrazo, tal como si tocara algo que le diera asco.

— ¿Disculpa?

— Es que... el tío Hades no quiere que verte — reveló con una sonrisa tierna — Dijo que te odia.

Perséfone esperó llanto o debilidad por parte de aquella mujer que había visto en completo shock durante días. Si estaban peleados, no habría oportunidad de saber si sus palabras eran mentira o no. Sin embargo lo que recibió fue una escalofriante carcajada que llamó la atención de los antiguos y actuales reyes de Auradon. Al percatarse, Maléfica se volvió a Perséfone hablando lo más bajo que podía.

— Hades me ha odiado por veinte años, niña. No es ninguna novedad — hizo una pausa para barrerla de arriba abajo y luego encendió sus ojos — Además, tú no eres nadie en este palacio para prohibirme el paso y no necesito tu permiso para ver a mi marido.

—Soy su sobrina

— Y yo soy su mujer y su esposa. Así que deja de estorbar.

— ¿Todo bien, Maléfica? — preguntó Ben, acercándose

— Todo bien, niño bonito.

Maléfica hizo un ademán con su mano para hacer a Perséfone a un lado y continuó con su camino. Hook le había advertido de ella antes de irse. Le había dicho que no se confiara de su gentileza y sus palabras y aunque no le dijo porqué, ella no echaría el consejo en saco roto.

...

— No creas que esto sucederá mucho 

La voz de Hécate sonaba más juguetona que molesta. Hades estaba sentado en la cama y ella, a su lado, le daba de comer con un tenedor como si fuera un niño a quién cuidar. Él se dejaba consentir, pues era lo más cercano a una verdadera familia que tenía entre los dioses.

— Me conformo con esta vez. ¿Has probado esa fruta amarilla? Se llama mango, es muy dulce. Pruébala.

— Tal vez después. Mejor cállate y come.