Intensa-Mente - El Pasado vuelve

CAPITULO 21

EL CUARTEL DE TERROR

El cuarto oscuro estaba cargado de tensión, y cada segundo se sentía como una eternidad mientras Soberbia levantaba el hacha con la intención de asestar el golpe final. Alegría, con el corazón desbocado y la adrenalina corriendo por sus venas, agarró el vaso de vidrio que estaba a su lado y, en un acto desesperado, lo estrelló contra la cara de Soberbia.

-¡Maldita perra! -gritó Soberbia, Ilevándose las manos al rostro mientras la sangre comenzaba a brotar de la herida.

Alegría no perdió tiempo y se lanzó hacia Frenesí, quien se abalanzaba sobre ella con un cuchillo en alto. Con un movimiento rápido, Alegría lo golpeó en la cara, sintiendo cómo el puño conectaba con fuerza. Frenesí tambaleó, y antes de que pudiera reaccionar, Alegría le dio una fuerte patada en el estómago, haciéndolo retroceder y caer al
suelo.

-¡No te me acerques, pendejo! gritó Alegría, su voz llena de furia y miedo.

En medio del caos, las gemelas Avaricia y Ambición, que habían logrado escapar del sótano, se movieron rápido. Encontraron un arma en un estante cercano y, sin pensarlo dos veces, se la lanzaron a Alegría.

-¡Atrapa esto! -gritó Avaricia mientras el arma volaba por el aire.

Alegría, con los reflejos al máximo, atrapó el arma justo a tiempo. Apuntó hacia Soberbia, que aún intentaba recuperarse del golpe en la cara. Al ver el arma, Soberbia entró en pánico.

-¡Perdóname! ¡Por favor, no! suplicó Soberbia, sus ojos llenos de terror-. ¡No, por favor!

Alegría, con una mezcla de dolor y determinación en su rostro, no vaciló. Sabía todo lo que Soberbia y Frenesí habían hecho, todo el sufrimiento que habían causado.

-Pudrete -dijo Alegría con frialdad, apretando el gatillo.

El disparo resonó en el cuarto, y la bala se incrustó en el estómago de Soberbia. Su cuerpo se dobló de inmediato, llevándose las manos al abdomen mientras la sangre comenzaba a brotar.

Soberbia cayó de rodillas, gimiendo de dolor, su rostro mostrando una mezcla de shock y agonía. Frenesí, aún aturdido por el golpe en la cara, se levantó lentamente, viendo a Soberbia herida de muerte en el suelo. La desesperación se reflejaba en su rostro al darse cuenta de que la situación estaba escapando de su control.

Alegría respiraba agitadamente, todavía sosteniendo el arma con ambas manos. Sabía que aún no estaba a salvo, pero al menos había logrado ganar algo de tiempo.

-¿Pensaban que iban a salirse con la suya? -dijo Alegría, su voz temblorosa pero firme

-No soy tan fácil de matar, cabrones.

Las gemelas se acercaron, listas para ayudar a Alegría a enfrentarse a Frenesí, mientras Soberbia se desplomaba en el suelo, su vida desvaneciéndose rápidamente.