Hermanos del Apocalipsis

¿Cuál es mi lugar?

Hace al rededor de una hora que el Arcángel Trisóculus ha cortado por la mitad el cuerpo de Chronox, liberando al demonio que había tomado control de su cuerpo.
-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?-
-Hola Chronox- Dijo un hombre con voz fría y profunda

El hombre era de piel blanca, de pelo moreno con un sombrero marrón blanco con una grieta cosida. Llevaba una chaqueta y pantalones verdes oscuros apagados. Tenía la parte derecha del labio superior en carne viva, como si su piel se hubiese caído. Tenía grandes ojeras, como si nu hubiera dormido en semanas, ojos con venas marcadas, las iris blancas y una cicatriz vertical que cruzaba su ojo derecho. Este hombre tenía una lámpara de queroseno en su mano izquierda y el dedo corazón de su mano derecha en forma de hueso.

-¿Quién eres?- Preguntó Chronox
-Soy El Pescador- Respondió el hombre
-¿Se supone que eres otro metahumano criminal o algo así?- Preguntó Chronox, desconfiando de él
-No soy ningún metahumano, Chronox- Respondió El Pescador
-Entonces, ¿quién eres?- Volvió a preguntar Chronox

El Pescador señaló algo hacia abajo detrás de Chronox. Cuando este se giró para ver qué estaba señalando, se sorprendió al verse a sí mismo cortado por mitad.
Chronox se estremeció al ver su propio cuerpo sin vida y empezando a comprender la situación.

-Yo... ¿he muerto? Y tú has venido a cobrarte a mi alma- Preguntó Chronox, con miedo de la respuesta
-Así es...- Respondió El Pescador
-¿Qué ha pasado? Yo... yo estaba preparándome para una misión con mi equipo pero ahora... ahora es de noche, hay edificios destrozados, escombros, fuego por todos lados y yo estoy muerto- Dijo Chronox
-Vamos, hay cosas que hacer- Dijo El Pescador, agarrando la muñeca derecha de Chronox y de repente el cuerpo de Chronox se descompuso en millones de partículas hechas de recuerdos u vivencias

El alma de Chronox se volvió a recomponer y entonces ambos aparecieron en lo que parecía ser un pasillo elegante, como un ayuntamiento o algo similar, con una puerta marrón cerrada. Por allí había mucho movimiento de gente, copias perfectas de El Pescador que acompañaban a las almas.

-¿Dónde estamos? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?- Preguntó Chronox, soltándose de El Pescador
-Estamos en El Juicio- Respondió El Pescador
-¿Juicio de quién?- Preguntó Chronox
-Tuyo- Respondió El Pescador
-¿El mío? ¿El de mi alma?- Preguntó Chronox
-Así es- Respondió El Pescador
-Oye... ¿y todos esos tú?- Preguntó Chronox
-Muchos seres mueren simultáneamente, si no pudiera estar en varios sitios a la vez estaría como loco- Respondió El Pescador
-Tiene sentido... ¿qué va a pasar ahora, Pescador?- Preguntó Chronox, con algo de miedo
-Ahora se decidirá a dónde debes ir- Respondió El Pescador, abriendo la puerta

Tras la puerta se encontraba la sala del juicio. Algunos ángeles y demonios estaban sentados allí, divididos en dos facciones. El la silla del juez estaba sentada una figura humanoide con una túnica blanca que cubría todo su cuerpo sentado excepto sus manos y su cara sin ningún rasgo, su piel parecía ser el mismo cosmos.

-Tú debes sentarte ahí- Dijo El Pescador, señalándole a Chronox el lugar al lado del juez

Chronox se acercó hasta el asiento y se sentó mientras que El Pescador se quedaba atrás, de pie y muy atento.

-Saludos, caminante ultimado- Dijo el juez sin boca pero con una voz algo distorsionada pero comprensible sin problemas
-Saludos, juez- Respondió tímidamente Chronox
-Llámame Il Separatio- Dijo el juez
-De acuerdo, Il Separatio- Respondió Chronox
-Te explico un poco como va esto:
yo soy el juez que va a juzgar a dónde debe ir tu alma ahora que ya no está atada a tu cuerpo físico. A continuación vamos a estudiar todos los eventos de tu vida, todo aquello que te ha hecho y te hace ser quien eres- Explicó Il Separatio
-Pero yo soy un dios griego, ¿no debería estar en el Olimpo?- Preguntó Chronox
-Siento decepcionarte pero no eres ningún dios, si lo fueras no estarías aquí. Ahora se decidirá si tu alma debe ir al Cielo o al Infierno- Dijo Il Separatio