AXEL.
Apoyado en la pared del jardín, juego con mis manos mientras pienso en lo complicado que está siendo esto. Tanto para mí, como para Sophie a partir de ahora.
"Nunca quise meterte en esto, Sophie Brook. Pero estás tan cerca de saber la verdad..."
Mi mente está aún dando vueltas sobre la conversación que acabamos de tener. La rabia y la confusión que se reflejaban en su rostro son difíciles de olvidar. Pero, por alguna razón, ella está aquí, en este jardín, en medio de este caos, y parece dispuesta a enfrentarlo todo. La verdad que ella está a punto de descubrir cambiará todo, y eso me pesa en el pecho.
Sentados en un banco viejo, observamos a los pájaros dibujar figuras en el cielo. Sophie me mira atentamente, su expresión mezcla de determinación y ansiedad.
—Axel, ¿qué me ocultas? —pregunta, su voz llena de urgencia.
La pregunta le hace parecer aún más vulnerable, y me esfuerzo por mantener una expresión neutra. Mi mente corre a mil por hora, buscando la mejor manera de manejar la situación sin revelar más de lo necesario.
—Vamos, no me trates de loca. Ya sé la mitad de la historia. Termina de contarla. Tú la sabes, ¿no? —insiste, con un tono desafiante.
El tono de su voz es desafiante, pero también lleno de desesperación. Trago saliva, luchando contra el peso de la verdad que llevo dentro.
—No tienes ni idea, Sophie. No sabes ni siquiera la mitad de lo que ocurre —respondo, tratando de mantener la calma.
Sophie frunce el ceño, visiblemente frustrada por mi evasión. Se inclina hacia adelante, con la mirada fija en la mía.
—Entonces, ¿qué está pasando? ¿Por qué no puedes decirme la verdad? —su voz tiembla, y veo la angustia reflejada en sus ojos.
—Te diré lo que pasa, Sophie Brook —respondo con un tono cargado de superioridad.
Sus ojos se abren, sorprendida porque finalmente he mencionado su apellido.
"Si supieras cuánto te conozco, y no solo yo..."
—Tu vicio es llenar el vacío de tu vida enamorándote de alguien con quien sabes que solo podrás estar en tus sueños —mi voz se quiebra mientras hablo, intentando esconder el dolor que siento.
Parece que ella ha absorbido mis palabras sin más.
Se levanta de inmediato y suspira profundamente.
—No me esperaba esta actitud de ti, Axel —dice, cruzándose de brazos y mirándome con desdén.
Los ojos oscuros de Sophie siempre han sido la luz en mis momentos más oscuros. Ojalá su risa tonta pudiera ser añadida a una lista de "canciones favoritas" en Spotify.
Asiento lentamente y luego esbozo una sonrisa sardónica.
—¿Esperar qué? Haz un recuento de los días desde que nos conocimos. ¿No te parece todo un poco irreal? Como un sueño, como si no fuera más que una ilusión —digo, mirando al vacío.
No sé dónde enfocar mi mirada: sus labios, su mirada, su pelo precioso...
"No quiero hacerte daño, pero es lo mejor para ambos".
—Se llama "conexión", idiota. Y que sepas que eres la primera persona con la que siento algo tan... —le cuesta encontrar las palabras para describirlo.
—Joder, Sophie, no me dejas otra opción —digo, levantándome del banco con una determinación que apenas reconozco en mí mismo.
Nos quedamos a centímetros de distancia, nuestros alientos se mezclan, y puedo sentir el calor de su piel rozando la mía. Siempre me ha preocupado lo más mínimo, pero en este momento, lo único importante es ella. Mantenerla a salvo.
Sin pensarlo más, cierro la distancia que queda entre nosotros y dejo que mi corazón tome las riendas por primera vez. Nuestros labios se encuentran, es un acto suave, como si estuviéramos comprobando si todo es un sueño o una bonita realidad.
El beso es breve, apenas hay mucho roce entre nosotros. Me separo un poco, lo justo para que nuestros ojos se encuentren.
—Recuerda lo que te dije sobre tenerme en tus sueños —susurro, dejándole caer la primera pista.
Dejo a Sophie con la palabra en la boca y la beso de nuevo, pero esta vez intensamente, dejando que mis palabras fluyan entre cada respiro, entre cada beso.
—No puedo contarlo todo...
Otro beso, más emocionante, como si este fuera el último antes de que el mundo se acabara.
—Él está vigilando...
Finalmente, me separo, nuestras respiraciones entrelazadas y los labios aún rozándose, pero esta vez con una sensación de urgencia, como si el tiempo se nos escapara.
—Sophie, tú eres la única que puede entender lo que realmente está pasando —le digo con una voz cargada de emoción, esperando que las piezas comiencen a encajar en su mente mientras nuestros labios se buscan una vez más.
—Axel, no entiendo nada... —dice con la respiración entrecortada— tendrás que volver a besarme.
Su urgencia me arrastra, y no tengo más remedio que volver a besarla.
—Nada es...
Siento el peso de la decisión que tengo que tomar.
Esta decisión podría ser mi condena.
O vivo, o muero.
—Nada es real.
El beso se vuelve más intenso, cargado de desesperación. Mis palabras susurradas se entrelazan con el dolor creciente en mi cicatriz, que comienza a sangrar y a latir con intensidad.
Levanto mi manga. Mi brazo está lleno de tinta y parece que las heridas empiezan a surgir por sí solas, extendiéndose hacia las venas.
"No puedo morir ahora".
Saco de mi mochila vendajes y un paño, intentando mantener la calma.
—Vamos a la enfermería, ¡rápido! —comenta Sophie, claramente angustiada.
—No, tranquila —respondo, mientras limpio las heridas con manos temblorosas—. Yo puedo curarlo, ¿ves?
Sophie me observa con preocupación, pero no insiste más. La urgencia en sus ojos refleja la gravedad de la situación, pero confía en mí mientras continúo curándome.
El tiempo parece estirarse mientras lucho contra el dolor y trato de mantener mi concentración. Cada movimiento es un desafío, y el latido en mi cicatriz parece marcar el ritmo de nuestra desesperación.
—Axel, ¿porqué ocurre esto? —pregunta mientras me ayuda colocando unos vendajes.
—Quizá estamos destinados a ser los protagonistas del sueño de los demás.
La tensión en el aire es palpable. Sophie sigue ayudándome, sus manos temblorosas pero firmes. Cada segundo cuenta, y la realidad de nuestra situación se vuelve más clara. Debemos encontrar una solución antes de que el tiempo se nos agote.
Sophie debe saber lo que esconde cada rincón de este bosque, de este pequeño mundo... antes de que esto acabe de la peor forma posible.
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EL ÚLTIMO EN SALIR.
Mystery / ThrillerEn un pequeño pueblo rodeado de árboles, Sophie, una chica reservada y solitaria, llega para empezar de nuevo. Pronto se entera de las historias terroríficas del lugar. Un grupo de adolescentes, movidos por lástima, la invita a unirse a ellos. Decid...