Capítulo ocho.- Primera sesión de Lila.

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El terapeuta se dio ánimos a si mismo pensando que era la ultima sesión antes de cerrar la consulta y regresar a su casa.

Respiro con alivio al leer que se trataba de una mujer llamada Lila, de apellido Pitts.

- Por lo menos no es otro de esos Hargreeves.- pensó en voz alta antes de hacer pasar a la paciente.

La mujer cruzo la puerta y fue directa a tumbarse en el sofá.

- Sé que es lo común en las películas pero no es necesario que se tumbe.- explico el terapeuta.

- ¿Qué no es necesario? Pruebe a tener tres hijos y vera si es necesario.

- Comprendo, los pequeños pueden ser agotadores.- dijo el terapeuta. - Y bien ¿Por qué cree que necesita terapia?.

Lila lo miro con cara de circunstancias.- Va ha necesitar una libreta más grande si quiere anotarlo todo. ¿Por donde empiezo? Creo que es porque mi madre adoptiva hizo que mi cuñado matara a mis padres cuando tenía cuatro años para poder explotar mis poderes y convertirme en una asesina de la comisión.

- ¿Cómo dice?

- No, no empiece a flipar tan pronto que ni he empezado a contarle.- pidió la mujer.- Mi madre me entreno hasta los treinta y me hizo viajar al pasado para internarme en un psiquiátrico donde conocí al que es hoy mi marido. Lo ayude a escapar para que pudiera frustrar el atentado a J.F. K pero era todo una trampa para ayudar a mi madre a ascender en la empresa. ¿Me sigue?

- Sinceramente... no.

- Pues espabile que tengo que volver pronto para hacer la cena a los niños. ¿Por donde iba? A si, ya. Que me enamore de Diego como una tonta, al principio pensaba que solo era por el sexo ¿Sabe? Lo hacíamos como conejos, en cualquier parte, a cualquier hora, en todas las posiciones...

- Me hago una idea.

- No, que va, ni se imagina. El caso es que lo drogue y lo secuestre, mi madre dijo que podía quedármelo si lo vigilaba.

- ¿Cómo una mascota?

- Exacto pero se me escapo para salvar a sus hermanos, luego mi madre me mato retrocedieron el tiempo y fue ella la que murió. Total me entre una cosa y otra me quede embarazada y entre en pánico, quería decírselo diego pero no sabía si el estaba preparado para ser padre.

- Es un miedo lógico.

- Por eso secuestre al hijo de una amiga y lo hice pasar por suyo, como prueba para ver que tal padre seria.

- Espere... ¿Qué hizo qué?

- No importa, su madre lo había dejado a mi cuidado para irse de gira, ni se entero que me lo lleve de Berlín.

- Imagino que se lo devolvería a su madre.

- No, desapareció. Nunca supimos que le paso exactamente pero ese no es el caso. La cuestión es que resulto que Diego era un padre maravilloso y decidimos intentarlo, formar una familia.

- ¿Un padre maravilloso?.- repitió el hombre sin comprender en que universo perder a un menor representaba algo positivo.

- Si, Diego es genial con los niños, los adora... pero con el tiempo, la rutina, el trabajo, los niños... la relación se resintió.

- Eso es algo bastante normal.- Declaro el terapeuta mordiéndose la lengua para no añadir "lo primero normal que escucho en el día".

- Fue entonces cuando me perdí en el metro con mi cuñado, el que mato a mis padres ya sabe, estuvimos dando vueltas siete años.

- Supongo que cuando dice siete años es una exageración poética para exaltar que se le hizo un trayecto muy largo.

- No da una, empiezo a pensar que sus títulos los hizo con photoshop, por favor, espabile. Cuando digo siete años es que fueron siete años, 2555 días con sus 2555 noches sin follar ¿Sabe lo que es pasar siete años sin un polvo?.- pregunto de forma retorica, aunque por el aspecto del hombre, muy posiblemente si lo supiera.

- Póngase en mi lugar, siete años con la única compañía de mi cuñado, que al conocerlo me parecía un pigmeo sabelotodo insoportable pero el niño creció y se puso... interesante. Y sí, sé que tiene como 70 años pero su cuerpo tiene el empuje de un chico de veinte y una no es de piedra, tengo necesidades.

- Un minuto.- pidió el terapeuta haciendo el gesto usado en baloncesto para pedir un tiempo muerto.- ¿Me esta diciendo que le fue infiel a su marido con su cuñado anciano, que a su vez fue el ejecutor de sus padres y al que conoce desde pequeño?

Lila asintió.- Sé que suena un poco raro pero es que no tenía otra cosa a mano, entiéndame, ya tenía las huellas digitales desgastadas... y el mocoso se había puesto tremendo. El problema es que él se colgó por mi y me oculto por meses que había encontrado la forma de volver. Se molesto cuando le dije que quería regresar y no asumió que aquello paso por pura necesidad humana.

- Comprendo.- volvió a mentir el terapeuta.

- Fue bonito mientras duro, quitando la parte desesperante de estar dando vueltas en líneas temporales, ni se imagina las cosas raras que vimos, pero no se puede estar toda la vida follando y comiendo fresas ¿Verdad? Extrañaba a mis hijos y a mi esposo.

El terapeuta hizo algunas anotaciones "¿Gerontofilia?¿Ninfomanía?"

- ¿Cómo la recibió su marido después de estar perdida siete años?

- Bien, para él solo estuve fuera como dos horas, pero se tomo muy mal el tema de los cuernos. No fue para tanto, solo supervivencia, pero ni Diego ni Cinco parecen comprenderlo.

El terapeuta sumo dos y dos.- ¿Su marido es Diego Hargreeves y su cuñado Cinco Hargreeves?

- Si, vinimos todos juntos, reservamos el día completo ¿Algún problema?

El terapeuta se esforzó por sonreír.- Era por asegurarme.

- ¿Y ahora que hago? ¿Qué me recomienda?

El terapeuta iba a sugerir internamiento urgente para toda la familia, sin embargo entendió que la mujer solo quería salvar su matrimonio así que sugirió.

- En estos casos suelo recomendar terapia de pareja.

- ¿Qué le parece si venimos los tres y lo arreglamos de una vez?

- Es una opción, si todos están dispuesto...

- Genial avísenos con tiempo para encontrar a alguien que se quede con los niños.


La terapia de los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora