Luego de nuestra conversación sobre nada más que las niñas, fuimos a hablar con Nadia y comenzamos con los tramites para poder ser sus tutoras, dejando por sentado que tras casarnos las podríamos adoptar oficialmente. Entre las tres intentamos explicarles la situación sobre que comenzarían a vivir con nosotras, al principio no querían dejar a su madre pero Alexia entendió que su madre se iría a vivir al cielo por lo que Katie la siguió, aunque dudo que lo entendiera del todo.
Rebecca estaba mejor que nunca, hoy después de casi cinco meses por primera vez estuvo en la caminadora. La verdad es que Ariana está siendo muy buena en su trabajo, algo que no le reconoceré en voz alta.
—¿Como te sientes? —le pregunté cuando salió de la ducha.
—Algo cansada. —soltó un fuerte suspiro. —Siento los músculos adoloridos… siento que…
—Tranquila, lo estás haciendo excelente. —me levanté de la cama y me coloqué detrás de ella frente al espejo. —Estás probando tu pierna después de casi cinco meses sin la actividad de alto rendimiento que tenías.
—Fini… —sabía perfectamente que otra vez las dudas estaban llegando a ella. —No creo… —la interrumpí con un dulce beso.
—Si vas a poder. —otro beso. —Regresarás para las últimas jornadas de la temporada. —un beso más. —Y la ganarás. —la vi negar intensamente frente al espejo. —Lo vas a lograr y yo estaré ahí a tu lado, viendo el gran regreso de Rebecca Armstrong.
—Gracias. —se giró, abrazándome por la cintura y se agachó para esconder su rostro en mi cuello. —Te amo.
Estuvimos así durante unos minutos, hasta que se alejó y regresamos a la cama.
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Tras dos semanas y acelerando el proceso por la falta de tiempo que teníamos, nos entregaron los documentos para ser las tutoras legales de Alexia y Katie. En cuanto a Nadia, le comenzaron a fallar algunos órganos y hace unas horas fue ingresada al hospital, tuvimos que buscar a las niñas y llevarlas con mi nana mientras nosotras íbamos con Nadia.
—¿Como está? —preguntó Rebecca en cuanto vio al doctor.
—No queda mucho por hacer. —dijo con pesar. —Si quieren pasar a despedirse ahora es el momento.
—Gracias.
—Su habitación es la 308. —mencionó antes de dar la vuelta para irse por el pasillo.
—¿Vamos? —Rebecca tomó mi mano y asentí, no quería hacer esto, nos conocimos hace poco pero le tomé un aprecio muy grande por la fuerte mujer que es, por luchar por sus hijas, por enfrentar a la muerte de la mejor manera.
—Hola. —susurró Nadia apenas nos vió dentro de la habitación. —¿Alexia y Katie?
—En nuestra casa con su nana. —respondió Rebecca por mi y es que de verdad que no tenía palabras, no podía retener más tiempo mis lágrimas.
—Es perfecto. —se acomodó en su cama. —No quiero que me vean así. —otra vez susurró. —Quiero… quiero pedirles un último favor.
—Pide lo que quieras Nadia. —yo solo era una espectadora más entre la conversación de Rebecca y Nadia.
—No dejen que me reanimen… no quiero que alarguen mi partida. —dijo con la voz entre cortada.
—Nadia si quieres eso tendremos que hablar con el doctor, él podrá evitar hacer eso. —ella asintió y vi a Rebecca salir para buscar al doctor.
Nadia firmó unos documentos donde se especificaba que no debían de reanimarla, entendía el porqué de esa decisión, no había medicamentos o tratamientos que le quitaran los fuertes dolores que debía estar sintiendo.
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Mi Futbolista Favorita || FREENBECKY
RandomRebecca futbolista estrella del equipo profesional femenil al que siempre deseo jugar. Su carrera deportiva se ve opacada por una terrible lesión que la dejara fuera de las cachas en su mejor momento deportivo. ¿Freen; su pasado, su perdición, s...