Nos hemos adaptado muy bien a nuestra nueva rutina, creí que nos costaría más trabajo la convivencia con dos pequeñas pero la verdad todo va de maravilla.
Exactamente una semana después mi nana decidió que era momento de regresar a su casa, lo que provocó que tuviéramos que tomar roles más específicos en el día y también comenzamos a alternarlos para que todo funcionará mejor.
Alexia y Katie, se sienten cómodas en la casa y en la escuela, el cambio de escuela les agrado demasiado, más a Alexia que encontró compañeras de salón con las cuales comparte sus descansos jugando fútbol. En cambio Katie descubrió que también le gusta mucho jugar fútbol pero ella no encontró compañeras tan apasionadas.
Ha pasado ya un mes desde que ellas llegaron a vivir con nosotras, poco más de cinco meses desde la lesión de Rebecca y estoy tan orgullosa de lo que ha logrado, ya por fin comenzó con entrenamientos en el campo y si todo marcha bien en dos o tres semanas podrá integrarse al los entrenamientos con el equipo.
—¿En que piensa mi hermosa prometida? —preguntó Rebecca desde la puerta de mi oficina. Y es que dos días después de la inesperada pregunta en nuestra habitación, ella fue a comprar un hermoso anillo que me entrego junto a nuestras dos pequeñas. Obviamente volví a decir que si.
—En ti y en esas pequeñas traviesas que están detrás de ti. —en cuanto dije eso Katie entro corriendo y se sentó en mis piernas. —¿Como les fue en el entrenamiento?
—Muy bien, ¡Megan me regalo sus guantes! —grito emocionada, es que al parecer y por extraño que suene mi pequeña esta enamorada de la portería.
—¿De verdad? —pregunté sorprendida.
—¡Si! —volvió a gritar emocionada. —Mira. —los saco de su mochila y me los mostró, no estaban nuevos ni muy usados, puedo asegurar que éstos solo los utiliza para el entrenamiento.
—¡Y yo le metí dos goles! —ahora fue Alexia la que gritó, levantando dos de sus deditos.
Miré a Rebecca y solo asentía a todo lo que ellas decían. No entendía como es que terminaron con ella en el entrenamiento si se supone que debían estar en la guardería.
—Tuvieron un problema con la luz y no quería molestarte porque sabía que estabas en tu examen, entonces las llevé conmigo. —me explicó.
—Gracias. —el estómago de Katie rugió de hambre y esa era mi señal para salir de aquí. —¿Vamos por una hamburguesa? —pregunté para las tres.
—¡Si! —gritaron Alexia y Katie al unísono, Rebecca solo asintió.
—Bien, vamos. —Rebecca tenía algo, pero como estábamos con las niñas intentaba animarse y que no le afectará demasiado.
—¿Que te pasa? —le pregunté en cuanto ellas se alejaron unos cuantos metros por el pasillo.
—No me siento preparada. —susurró. —Ariana y Michael dijeron que ya estoy más que lista para entrenar con el equipo. —Michael era el preparador físico del equipo. —Ambos llegaron a la conclusión de que el lunes ya debo de reintegrarme y que estoy evolucionado satisfactoriamente. —sabía que esas fueron las palabras exactas que le dijeron por el modo en que las repitió.
—Son excelentes noticias. —vi como agachó la cabeza y eso era señal de que aún no le tenía la confianza suficiente a su rodilla. —Amor, confía en ella y deja que las cosas fluyan. —me acerque y le deje un tierno beso. —Sé que te lo repito mucho, pero todo está bien. Falta como mínimo un mes para que regreses a jugar y las niñas y yo esteremos ahí, con tu nombre en nuestras camisetas y gritando de la emoción por verte jugar. —esas fueron las palabras correctas para que cambiará un poco de ánimo.
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Mi Futbolista Favorita || FREENBECKY
RandomRebecca futbolista estrella del equipo profesional femenil al que siempre deseo jugar. Su carrera deportiva se ve opacada por una terrible lesión que la dejara fuera de las cachas en su mejor momento deportivo. ¿Freen; su pasado, su perdición, s...