Llevo dos semanas preparando nuestra boda y la verdad es que estoy amando cada momento, por más mínimo que sea. Katie es quien está más tiempo conmigo y aunque no lo crean ella también me está ayudando a tomar decisiones para ese gran día.
Hasta ahora ya tengo el banquete, el personal de la decoración, en una semana me entregan las invitaciones y solo me falta la confirmación del juez que nos casara.
—¡Hola! —Oaey me saludó con demasiada emoción apenas abrí la puerta. —¿Estas lista? —preguntó sin perder la ilusión.
—Si claro, ¿las niñas pueden ir? —no quería dejarlas pero tampoco estaba segura de si era buena idea llevarlas.
—Por supuesto, tal vez se aburran pero será divertido. —esas eran palabras peligrosas.
Fui por ellas a su habitación donde ya estaban guardando sus cosas para mañana la escuela, lo que quería decir que ya habían terminado la tarea. Salimos de casa con dirección a la casa de mi nana y luego al primer lugar de vestidos de novia que sugirió Oaey, si no encontraba el indicado el siguiente lugar lo había eligo yo y así hasta que lo encontráramos.
Hace casi dos meses, Oaey y yo comenzamos a hablar más seguido, en algunas ocasionas se pasaba por mi oficina y en otras yo pasa a los entrenamientos y platicábamos un poco. Comenzábamos a ser buenas amigas, aunque al comienzo Rebecca estaba super celosa de esta nueva amistad, no terminaba de comprender sus celos cuando ella sabía perfectamente que Oaey e Irin están felizmente casadas.
También agradecía el tiempo que Oaey se estaba tomando para acompañarme y ser mi dama en la ceremonia, ella la jornada pasada sufrió un pequeño desgarro en el muslo, lo que la mantendrá fuera por un mes e incluso el resto de la temporada, pero esta feliz de tomarse un pequeño descanso, según sus palabras.
—¿Que más falta? —preguntó antes de entrar al gran lugar.
—La confirmación del juez y permiso para realizar el evento en la playa. —respondí soltando un fuerte suspiro, porque si no conseguía ese permiso tendría que cambiar de escenario.
—Lo conseguirás, tranquila. —me animó.
Entramos y nos ofrecieron bebidas, para las niñas zumos, la atención era en verdad muy buena. Un par de horas después y casi diez vestidos rechazados, decidí dar un paseo por sus pasillo y mostradores. No encontraba algo que me gustara de verdad ya con mal humor regresé con las chicas, cuando lo vi. Era perfecto.
Lo tenía un maniquí, era de encaje en su mayoría con las mangas largas llena de detalles en forma de flores bordadas, con los hombros descubiertos y un gran escote que sabía dejaría a Rebecca sin palabras, tenía una cola ni muy larga ni muy corta. Este era el indicado.
—¡Te ves hermosa! —gritó Alexia apenas me lo vio puesto.
—Pareces una princesa, mami. —dijo Katie, pasando su manita por encima del vestido.
—Estoy cien por ciento de acuerdo con estas renacuajas. —dijo Oaey acercándose. No podía dejar de ver en el espejo, me encajaba a la perfección y no podía estar más emocionada.
—Estas preciosa, mi niña. —habló mi nana colocándose a mi lado.
—¿Se lo llevan? —preguntó la encargada con una sonrisa como sino me hubiese probado ya otros diez vestidos.
—¡Si! —chillé emocionada.
El mejor lugar para resguardarlo era la casa de mi nana, si lo llevaba a casa estaba corriendo el riesgo de que a Rebecca le ganara la curiosidad y lo viera antes de nuestra boda.
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Mi Futbolista Favorita || FREENBECKY
RandomRebecca futbolista estrella del equipo profesional femenil al que siempre deseo jugar. Su carrera deportiva se ve opacada por una terrible lesión que la dejara fuera de las cachas en su mejor momento deportivo. ¿Freen; su pasado, su perdición, s...