Surcan el aire, mariposas amarillas,
como pétalos de sol en cielos sin fin,
llevan en sus alas memorias sencillas
de amores imposibles, de un Macondo sin fin.Son susurros del viento, mensajeras calladas, siguen los pasos de quien ya no está. Aurelio las vio en su huida dorada,
testigos silentes de su soledad.En sus alas palpita el eco del tiempo,
un círculo eterno que no sabe cerrar.
Sus vuelos son promesas, sueños que al viento dejan huellas doradas que no saben cesar.Mariposas del alma, símbolo vivo,
de un amor que en sombras decidió esperar, son el destino que sigue furtivo,
el latido de un mundo que nunca ha de pasar.En cada batir de sus alas se cuenta
la historia de un pueblo en perpetuo soñar, donde el olvido es solo una puerta, y las mariposas no dejan de volar.